Agudardamos en aquel estacionamiento a que el peligro pasara mientras sin alejarnos mucho uno del otro ibamos reconociendo el terreno, y veo un vehiculo cubierto con un toldo, lo descubro y observo una hermosa motocicleta BMW con el logo de Umbrella.
- Podría ser peor. -murmuro para mi. -Vet, ven. Nos vamos.
Subimos a la moto y la arranco por medio del cortado de cables, al encender exitosamente salimos a prisa de aquel lugar.
Sabia muy bien que la cuadrilla de Tricell estaba cerca de donde estabamos.
- No vas muy rapido, Leon.
- No, vamos bien, los sicarios de Wesker nos estan siguiendo.
A los pocos minutos un Jeep nos comienza a perseguir y a disparar, voy esquivando las balas como puedo.
- Vamos a morir, Leon!
- No Vet, he salido de peores situaciones. - Aceleró.
- Por qué nos siguen, ya tienen a Esteban. - Me callé, no quise decir nada para no desilucionarla.
Pero uno de los de la cuadrilla de Tricell nos da en la rueda trasera y la moto vuelca fuertemente.
Me levanto luego del fuerte golpe con la frente ensangrentada y voy hacia el cuerpo de Svetlana, tomándole el pulso y la arrastro hasta la oscuridad al corroborar que estaba bien.
- Hay... Leon ... mi muñeca... - Le tapo la boca...
- No digas nada. - Le susurro a sus labios. - Muerde esto a la cuenta de 3 lo acomodaré. Uno... dos... - Le acomodo la muñeca, ella muerde fuertemente mi chaqueta y unas cuantas lagrimas rodaron por sus mejillas, mi rostro sonó contra su delicada palma.
- Me dolió. - Solloza.
- Shh... no hables... - Nos quedamos cerca tan cerca que sentia su sutil respiración. Ella miraba mis labios y yo los suyos me decía a mi mismo que no hiciera algo estupido. - Vamos creo que ya se fueron.
Salimos de nuestro escondite y huimos de allí espèrando no ser encontrados, no corria con suerte en esa ocasión y llegando al limite del camino habia un gran precipicio con lo que parecía ser un lago que no podía lograr divisar muy bien, veíamos las linternas acercandose, en mi vida me habia sentido mas acorralado.
- ¿Qué haremos Leon?
- Aun no lo sé. -vi detrás de las sombras salir unos malditos perros mutados abriendo sus asquerosas bocas. No podía disparar porque los malditos sicarios podían oír y los gruñidos de esos monstruos infernales eran aterradores.
- Es la única salida.
- No pensarás en arrojarnos, no? - La tomé de la mano y sin dudar nos arrojamos al agua, salimos a la superficie en busca de aire. - Estas loco!
- Preferías morir? Nos acorralaron! - Salimos del agua. - Dónde estamos?!
- Si tu no lo sabes, yo menos. - Se escurrió su cabello mojado, suena mi comunicador.
- Si Claire? Puedes darnos la ubicación de donde nos encontramos?
- Están en el centro de infección, enviaré el helicóptero de rescate que los llevó.
- Dónde nos resguardamos?
- En el hospital esta a unos metros... Leon sigues ahí? - Corto el comunicador y frente a mí estaban, el equipo Alpha de la U.S.S (Servicio de Seguridad de Umbrella), Bertha, Foureyes, Vector, Lupo, Hunk y Esteban.
- Volvemos a vernos Kennedy. - Me inmute pero no demostré temor.
- Así es Mr. Death o debería decir Hunk.
- No lo maten, el Sr. Wesker lo quiere vivo.
Me puse en posición de combate y Esteban apunta a Hunk por la espalda firmemente.
- Suelten las armas o lo mato. - Todos miramos a Esteban ante tal hazaña.
- Tranquilo muchacho de que bando estas? - Le recalca Hunk sin dejar de bajar los brazos.
- Cállate, maldito monstruo. Obedezcan, suelten sus malditas armas.
Todos bajaron sus armas y Hunk murmuró "ahora", y Foureyes que nos veía a lo lejos le dispara certeramente en la pierna.
- No! - Grita Svetlana y la sostengo del brazo. - Esteban!!
Él cae arrodillado, y Hunk lo toma del cabello jalándolo hacia atrás.
- Sabes que le pasa a los traidores Konz? - Este traga saliva y Hunk saca un cuchillo.
- Muérete desgraciado. - Y sin piedad lo ejecuta , cortando su cuello mientras la sangre sale disparada a borbotones por sus manos y el cuerpo cae al suelo sin cabeza, aprovechando la distracción de todos tras la ejecución de Konz huimos corriendo todo lo que podíamos.
Cansada ya, Svetlana se suelta de mi brazo.
- Suéltame, no hiciste nada para salvarlo, Kennedy, eres un maldito. - Me empujo.
- No podía hacer nada, se sacrifico por nosotros.
- No, no lo admito.
- Vet, por favor, estamos cerca del hospital. - Recibo un texto. - Ves, el helicóptero ya esta ahí. Vamos niña!
- No me iré sin Esteban.
- El escogió su destino, sabía las consecuencias. - La tomé de los hombros. - Por todos los cielos, vamos ellos nos ganaban por número.
- Déjame quiero morir con él.
- No, la misión fracasó pero no te dejaré. - La beso apasionadamente.
El helicóptero desciende a nos metros nuestro y corremos al encuentro saliendo de aquel desolador lugar.