Inti de mi vida
Luego de aquel desafortunado
suceso pasaron unos cuantos meses pero, la desgracia estaba obstinada en
perseguirme.
A finales de agosto y
comienzo de septiembre de ese mismo año, había conocido a otro hombre, el cual
no nombrare del cual comencé una relación “intima/amorosa”, de la cual
Alejandro no sabía, no tenia además porque saberlo el tenia su vida, y yo había
decido empezar la mía.
Pero para mi sorpresa, ese
hombre no solo me mintió, sino que estaba casado y con hijos. Era un tanto
sospechoso por lo que decidí investigarlo, no solamente me sentí usada y sucia
y muchos sentimientos más, sino que tenia la leve sospecha de estar embarazada.
Ya no soportaba mas
esconderle las cosas a Alejandro y el 3 de Octubre decido contarle todo lo que
paso. No me lo esperaba pero él, me había hecho una escena de celos peor que la
mía. Falta decir que siempre jugábamos un juego de preguntas y respuestas.
Luego más calmados, es
decir, después de los reproches, aclaraciones, volvimos a ser los de antes pues
se había puesto en mis zapatos, en cómo me sentía, los miedos que tenia y sus
palabras fueron certeras. Y en una sola frase me dijo “si llegas a estar
embarazada, yo quiero a ese bebe, quiero que lleve mi apellido”.
Mis ojos automáticamente se
llenaron de lágrimas, pues sería mama primeriza. Anteriormente había estado
embarazada de mi antiguo matrimonio pero el padre de mi hijo me golpeaba tanto
que el niño pereció dentro de mi vientre.
Aquella noche nos quedamos
hablando hasta la madrugada pensando e imaginando el nombre de nuestro futuro
hijo, le mostré unas ropitas que tenia. Pero la verdad fue develada al día
anterior al hacerme el test de embarazo que había salido negativo. No había
bebe, ni embarazo, solo había sido un simple atraso.
Entristecida por lo que
vieron mis ojos, y el sentirme desilusionada ante la situación, Alejandro trato
de animarme.
El 7 de Octubre siendo las 23:45
pm, comenzamos a hacer nuestro juego de preguntas y respuestas de todo tipo. En
eso le pregunto ¿estás enamorado de mi? Aun recuerdo su audio de Whats app de 6
minutos, en el que me explicaba que si lo estaba, cuando empezó todo y cuáles
eran sus miedos. Le explique que yo no era cualquier mujer que yo era mucho
mejor que todas aquellas mujeres que él había conocido, que a pesar de tener 27
años tenía mis ideas muy claras, que ya era una profesional y lo único que
quería era formar una familia estable y ser feliz con una persona que me amase
de la misma forma en que yo lo hacía. Sabes que te amo, le dije, y que ese
sentimiento jamás se fue, quizás disminuyo un poco por la serie de sucesos que
tuvimos pero nunca desapareció completamente.
Era como si todo aquel fuego
que Alejandro había apagado en su partida, aun quedaban brazas de aquella
hoguera, y al poner su retaso de leña, (el decirme que estaba enamorado de mi)
volvió a encender aquella pequeña braza que aun no quería apagarse, ese mismo día
nos pusimos de novios.
Y es ahora cuando me detengo
a pensar, en los pleitos, las discusiones, las idas y vueltas, en todo lo que
él fue y es.
Y es cuando me digo a mi
misma, de la maravillosa vida que estaba perdiéndome al no tenerlo a mi lado, y
aun así, asumo todos los riesgos que
sigo cargándolos amorosamente, pues mi Alejandro lo vale todo, vale esos
riesgos y mas, vale las cargas, el peso, las lagrimas de felicidad, el corazón
que se me contrae del amor que le tengo, los obstáculos que los pasamos juntos.
Me detengo a no solo
escribir como una protagonista mas de esta historia, sino como la verdadera yo.
Y se perfectamente que estás leyendo esto “Alejandro”, y solo me basta decirte…
te amo… te amo como jamás ame a nadie, te amo en tus enojos, en tus derrotas,
en tus defectos y en tus victorias, en tus virtudes, y tus alegrías. Y aunque
tengamos broncas y discusiones, peleas y nos odiemos en nuestros peores días,
déjame decirte que solo se me ocurre amarte, solo puedo amarte, solo puedo
decirte que soy inmensamente feliz cada día a tu lado, cada segundo cada minuto
juntos, lo aprovecho al máximo y deseo que nuestros pequeños momentos jamás se
acaben, pero el día llega y veo como te vas.
Como si el tesoro más
preciado tuviera en mis manos y este se me escurriera como agua entre los
dedos. Te amo, ahora y siempre.
Isabella Venturi.- 27 años.