anuncio

jueves, 26 de abril de 2012

Resentimientos...

Jamás había tenido un encuentro con un infectado, con sus 20 años de edad, siempre vivió en una bola de cristal. Su primer encuentro fue hace unas 4 horas, la estoy viendo con un cuchillo en la mano y temblando, está en estado de shock. Se cubre el rostro con sus manos aun manchadas con sangre de aquel infectado que la había atacado.  Le quiero sacar el cuchillo pero ella lo presiona con fuerza.
-tranquila niña, dame ese cuchillo, está bien soy el bueno.
Ella me mira con sus ojos empapados en lágrimas y dice:
-no quería, juro que no quería. –la jovencita de 20 años se echa a llorar con sus manos envueltas por la sangre de aquel infectado se tapa la cara, para que no la vea.
Arrojo aquel cuchillo lejos, le quito las manos del rostro y le digo:
-¿Qué fue lo que sucedió?
Recuerdo muy bien su rostro asustado y atemorizado, viendo aquel cadáver desfigurado y mutilado. Pude percatarme de que la cabeza estaba separada del cuerpo, lo que aquella vez había sido un ser humano yacía allí en el suelo decapitado.
Ella solamente miraba el cadáver, la sacudo para que reaccione, y le digo nuevamente.
-dime, ¿Qué sucedió?
-estaba corriendo por mi vida porque unos grotescos seres como este querían devorarme. Corrí tanto como pude y entre aquí, en esta casa y me escondí.
Paro unos minutos y respiro hondo luego continuo relatando.
-me escondí, detrás de un armario, pero esta persona este ser, me vio y comenzó a estirar sus manos para querer agarrarme. Decidí salir de mi escondite y corrí hacia la cocina y encontré un cuchillo, no me había dado cuenta y aquella cosa se tiro sobre mi queriendo morderme, forcejee un momento con él, luego lo empuje y comencé a darle de cuchilladas, a cortarlo, no era yo. Mientras esa masacre proseguía la sangre de ese zombi comenzó a saltarme en la cara, no deje de acuchillarlo después de muerto.
 -¿Cómo te llamas?
-Ángela.
-ponte de pie Ángela, saldremos de aquí.
La muchacha se paro junto a mí y salimos de aquel lugar, le dije que me sostuviera la linterna y que alumbrara mientras caminábamos sigilosamente.
La luz de la luna alumbraba el rostro asustado de la muchacha, caminaba con mi mirada firme hacia el frente no me había dado cuenta pero un zombi estaba siguiéndonos.
Mi visión se estaba tornando un tanto nublosa, pero oigo el grito de Angela, me volteo y el infectado estaba sobre ella a punto de morderla. Lo tomo del cuello y lo estiro para atrás, Angela se esconde.
El infectado intenta levantarse pero  le doy dos tiros certeros en la cabeza.
-¡Angela! ¡Angela! –la llamo para localizarla, ella sale de su escondite, me golpea en el pecho y sollozando me dice:
-¡tardaste mucho! ¡Por poco y me muerde!
Respira un tanto agitada, entre las lágrimas y su estado de shock me abraza.
-por favor, no me dejes, no quiero morir en este lugar infernal.
-tranquila, no voy a dejarte. No voy a dejar que te pase nada, saldremos de aquí te lo prometo.
Me mira a los ojos, aun llorosos y cubiertos de miedo y de inquietud, reconocía aquella mirada de inquietud y de desesperación.
Pero también veía en ella aquella mirada familiar, aquellos ojos llenos de ternura y de amor, era la misma mirada con la que me veía Nabila Wolff.
-¿te sientes mejor?
-si…
-ok, no te separes de mi. Toma… -le di la linterna nuevamente y proseguimos a salir de aquel lugar.
Habían pasado aproximadamente 4 horas desde que habíamos salido, el helicóptero de rescate aun no había llegado y la desesperación en ella comienza a hacerse presente.
-Leon… ¿vendrán por nosotros?
-claro que si Angela. Vendrán pronto.
Trataba de que ella mantuviera la calma y de que no hiciera nada estúpido, como salir a correr y que los zombis terminaran por devorarla por completo.
Dos horas más tarde, es decir ya habían pasado 6 horas, la muchacha en desesperación me dice:
-Leon… … ¡Leon! –me voltea bruscamente. –no van a venir por nosotros ¿verdad?
La miro y no le digo nada, me quedo en silencio, ella se toma de la cabeza y tira su cabello para atrás.
-mírame… ¡Mírame! –ella me vio a los ojos y le dije. –vendrán por nosotros, ten paciencia. Solo te pido que mantengas la calma.
-¿Mantener la calma? ¡Hay aproximadamente entre 60 a 70 personas que babean y quieren comernos y tú dices “mantén la calma”! Esto es una pesadilla de la que pronto voy a despertar. Despiértate Angela, ya despiértate.
-¡No! No es una pesadilla, está sucediendo acaso no ves. Estamos atrapados y como lo dices tú, hay aproximadamente 60 o 70 zombis que esperan ansiosos por devorarnos  lentamente o convertirnos en  uno de su especie de porquería. –Respire hondo –lo lamento, no quise decir eso. Vas a ver que vendrán a buscarnos, solo quiero que te tranquilices, a mi lado nada malo va a pasarte ¿ok?
Ella se pone de pie y me abraza nuevamente, me había quedado sorprendido por su acción asi que también la abrazo para hacerle sentir que conmigo estaba protegida, lentamente comienzo a acariciarle su larga cabellera y le susurro al oído.
-tranquila, no te pasara nada.  Te lo prometo.
Deja de abrazarme y me mira a los ojos directamente, le regalo una sonrisa un tanto cortada. Pero me besa sorpresivamente, eso si no me lo había esperado, abro grande mis ojos, pero comienzo a caer en las redes de aquella hermosa muchachita.
Ella comienza a querer tirarse sobre mí y en medio de los besos le digo.
-no Angela, mejor no.
Ella se detiene y deja de besarme, y dice muy avergonzada.
-lo lamento, soy una estúpida. Es que tengo mucho miedo y cofundo las cosas.
Después de que me dijo esto, aquí quiero dar una opinión personal. Jamás había visto a alguien con miedo y que confundiera las cosas. He oído si de casos de nerviosismo pero jamás que el sentimiento de temor pensé que ocasionaría eso en una persona, debe de ser nuevo.
-no hay problema está bien.
Nos  ocultamos, mientras la noche pasaba, en una pequeña casa, que por lo cierto era bastante precaria. Al pasar veía que los muebles estaban bastante deteriorados.
-quédate aquí, iré a inspeccionar el lugar, cualquier cosa grita ¿si? Enseguida vuelvo.
-¡Leon!
-¿si?
- … Nada, no es nada.
Después de ello, proseguí a recorrer aquella residencia. La exploré de arriba para abajo, por suerte estaba libre y no había nada, de pronto oigo un grito que venía desde el área donde estaba Angela.
Llego tan rápido como puedo y la veo sobre la mesa, y debajo había un pequeño e indefenso ratón. Y me dice alterada.
-Mata esa asquerosidad,… Mátala,… Mátala.
Miro al ratón y el me mira como no entendiendo nada, lo espanto al pobre animal y le digo a la muchacha.
-no hay de qué preocuparse el terrible monstruo ya se fue.
Ella baja de la mesa, y comienza a observar a todos lados para ver si se había ido, y en realidad ya no estaba. La miro y ella se pone al lado mío, dice:
-¡Viste sus enormes dientes! ¡Me quería comer!
-si enormes. –le digo en un tono sarcástico, como haciendo burla a lo que me decía. Ella comienza a hablarme, la interrumpo.
-¡Silencio! Oyes eso…
-¿Qué? ¿Qué cosa oyes?
-se están acercando, ven sígueme.
La tomo de la mano y salimos de aquella casa precaria para ponernos seguros, lo que había oído eran nada más y nada menos que unos 37 a 43 infectados que venían acercándose, al parecer sentían algo, pero no me daba cuenta de que podía ser.
Lugar en que nos poníamos, era ese mismo lugar donde ellos nos encontraban, y para colmos el maldito helicóptero de rescate no venia.
Al parecer a ellos les atraía un olor, era un aroma que los ponía frenéticos, pero no me daba cuenta de que era sin saber que estaba frente a mis ojos. En ese momento, no encontraba una explicación racional de porque nos encontraban esos seres.
Era nuestro último escondite, notaba a Angela muy nerviosa y a la vez avergonzada por algo pero no sabía que era, le dije:
-¿te sucede algo? ¿Estás bien?
-si, estoy bien. –me decía ocultando su rostro avergonzado por algo.
Cuando me acerco para hablarle, un infectado salta por la ventana y cae al suelo, pero comienza a levantarse y a acercarse con suma rapidez a Angela, era como si algo en ella lo ponía loco, no sabía decir si era su olor o algo que ella tenía que los atraía con tanto frenesí y locura. Le disparo en la cabeza, la tomo de la mano y salimos huyendo de aquel lugar.
Nos habíamos metido en lo que parecía ser una comisaria de la ciudad, le digo un poco enfadado:
-¿Por qué sera que nos encuentran? No puedo hallar una explicación racional a ello ¿Por qué razón se acercan a ti?
Ella no hablaba estaba muda, bajo la cabeza y no decía absolutamente nada. Luego observe su pantalón, y me había dado cuenta de que estaba sangrando.
-¿estás sangrando?
Ella no dijo nada, solamente movió la cabeza de arriba hacia abajo diciendo que si. Ahí me había dado cuenta que el olor de su sangre era lo que le atraía tanto a los infectados.
Me había encontrado en un gran problema, pero no la culpaba era natural asi que busque algún paño para que pudiera detener el sangrado de alguna forma.
Angela fue al baño por unos minutos, mientras tanto fui a inspeccionar el lugar, cuando llego nuevamente hasta la puerta del baño donde creí que ella seguía allí, puedo percatarme y escuchar que está llorando.
-¿te encuentras bien Angela?
-por mi culpa moriremos aquí, esos zombis o lo que sean que son van a perseguirnos.
-no es por tu culpa, vamos, sal afuera.
Ella salió afuera con la cabeza agachada, noto que ya no tenía más el pantalón que traía sino que era otro tipo de pantalón, uno que había encontrado al parecer ahí en esa misma comisaría, era una prenda de un policía.
-¿estás cansada? –le pregunte curioso, ella me dijo que si sin dudarlo.
Entramos a lo que parecía ser una celda y ahí había una cama, ella ingreso adentro y cerré la celda:
-es para tu seguridad. –le dije, ella coloco ambas manos en los barrotes y me miro con una cara un poco triste, apoye mis manos sobre las suyas y le dije:
-tranquila no va a pasarte nada, no dejare que no te pase nada. –la miraba aquellos ojos asustadizos, era una hermosa jovencita. Ella quito sus manos de los barrotes dejando las mías acariciando la nada.
La quede cuidando desde afuera y de vez en cuando la miraba para ver si estaba bien. Eran las 02.44 horas de la madrugada y entro a su celda para ver como esta ella, y noto que estaba temblando de frio me acerco a Angela y la tapo con mi cazadora pero noto que sigue temblando de frio asi que me acuesto a su lado para darle calor.
Eran las 7.30 de la mañana y me despierto con el primer rayo solar sobre mis ojos, miro a mi lado y Angela ya no estaba, me levanto y rápidamente comienzo a buscarla reviso la estación de policía de pies a cabeza pero no la encontraba.
Salí afuera de la comisaria y el sol me da de lleno en el rostro, miro a todos lados y no la veo por ningún lugar. Había comenzado a preocuparme, comienzo a buscarla desesperadamente, era la única superviviente que había hallado y ahora se me había perdido.
Son las 11.23 horas aun no hallo a Angela era como si se hubiera esfumado como si en realidad nunca la encontré.  Ingreso nuevamente a la comisaria y esta era la cuarta o quinta vez que la revisaba, no había nadie pero me percato de que arriba de la cama en donde durmió estaba su pañoleta blanca la que llevaba en el cuello antes de que desapareciera, lo más extraño era que aun estaba tibia siendo que ya habían pasado cuatro horas aproximadamente.
Miles de imágenes se me cruzaban en la cabeza pensando lo que le estaba sucediendo, tomo la pañoleta y salgo a buscarla nuevamente.
-¡Angela!... ¡Angela!... -comienzo a llamarla para ver si lograba oírme, ella no logro oírme pero otros los menos deseados lograron “olerme”. Zombis que estaban a unos metros de mi, comenzaron a acercarse y comienzo a retroceder y a abrir fuego contra ellos, mis disparos son certeros y los dos infectados que estaban dispuestos a atacarme caen al suelo. En una de las manos de uno de los infectados veo que tiene la pulsera de Angela, el corazón comenzó a acelerarme a mil, en ese momento estaba pensando lo peor.
¿Angela estaba muerta o viva? Me preguntaba una y otra vez, pero igual continué buscándola, quería dar con ella a como diere lugar. Ingreso a un edificio en un estado totalmente desolado, ni siquiera un alma recorría esos pasillos, estaba todo destruido y puedo ver a lo lejos un pequeño cuerpo tirado en el suelo, ¿era Angela?, no estaba seguro pero decido ir a ver.
Desfundo mi arma de servicio y camino sigilosamente, estaba muy oscuro y no alcanzo a ver muy bien. Era Angela aquella muchachita tirada en el suelo:
-¿Angela?... ¿Angela? ¿Estás bien? –la tomo entre mis brazos, y tiro su cabello para atrás, noto que tiene una grave cortada en la cabeza, pero mi pregunta era ¿Qué hacia aquí? Noto que comienza a mover los parpados y veo sus dulces ojos mirándome.
-¿Leon?...
-si, ¿Cómo estás?
-me duele mucho la cabeza, ¿Dónde estamos? ¿Ya estamos a salvo?
-mientras tanto si, déjame ayudarte a ponerte de pie.
-Gracias.
La ayudo y ya ella de pie, salimos de aquel lugar, nos dirigimos hacia afuera. Suena mi comunicador y me lo coloco en el oído.
-aquí, es Leon…
-[Leon, en minutos mandaremos un helicóptero de rescate, ¿Dónde te encuentras? Si estás cerca de un helipuerto es mucho mejor.]
-estoy en el centro, pero no veo ningún helipuerto cerca.
-[Leon, trata de localizar un edificio llamado Protect, esa estructura cuenta con helipuerto, date prisa.]
La tomo de la mano y nos echamos a correr para dar con aquel edificio, a nuestro andar se suman unos cuantos amigos desagradables que no me simpatiza recordarlos.
Por fin damos con el edificio e ingresamos a aquella estructura, pero para nuestra desgracia parece haber más infectados ahí dentro que afuera. Parece ser el mismo infierno, una mujer babeándome se presenta frente a mí, suelto a Angela por unos segundos para ocuparme de ese percance que teníamos.
-Angela, no te alejes de mí. –cargo mi arma de servicio y comienzo a abrir fuego, de aquella mujer unos cuantos se suman a interponerse en  nuestro camino.
Estaba tan distraído con los zombis que estaban delante nuestros ojos que no me había dado cuenta que a la mujer que había disparado primero comienza a levantarse detrás de Angela. La mujer infectada toma a Angela de los hombros y la atrae hacia ella, y ferozmente le clava sus dientes en el hombro a la jovencita.
-¡Leon! –grita ella entre el dolor y la desesperación por salir de las garras de la mujer, al voltearme veo que Angela trataba de salir de aquel lugar, mientras la infectaba gozaba saboreando su carne y se regocijaba con la sangre de la muchachita.
Le doy una fuerte patada en el rostro a aquella mujer, mientras Angela trata de parar el sangrado de su hombro, y rápidamente comienzo a abrirme paso con mi arma.
Una vez en el helipuerto y miles de zombis detrás de una puerta tratando de derribarla, le digo a Angela:
-déjame ver tu herida. –ella me lo enseña y aun sangraba, tomo su pañoleta y se la coloco en la herida.
-voy a convertirme en una de esas cosas verdad. –me dice con sus ojos llenos de tristeza.
-no tranquila, no pienses en eso. No voy a abandonarte ¿si? Tranquila Angela. –ella baja la cabeza y comienza a sollozar. El verla asi se me partía el corazón, la abrace corriendo el riesgo de que ella podía morderme. –no voy a dejarte Angela.
Ella se recuesta en mi hombro, y comienzo a sentir que su piel comienza a tornarse fría.
-¡Angela! ¿Estás bien?
-tengo sueño Leon. Estoy muy cansada, quiero dormir.
-Angela, no te duermas ya viene el rescate, resiste un poco más. –la miro a los ojos una vez mas y noto que esta poniéndose pálida. –Angela, Angela resiste por favor no me dejes.
La jovencita se recuesta en mi pecho y dice:
-¿ya vienen?
-si Angela aguanta por favor.
-ok, solo hay que esperar.
-aguanta Angela. Solo un poco más. –unos minutos después, ella parece no aguantar más y toma mi arma de servicio, la coloca entre mis manos.
-sabes bien que hacer Leon. –me mira a los ojos una vez más y se acerca lentamente a mis labios pero cuando va  a besarme su corazón deja de latir. Me había percatado de que una lágrima recorría su rostro, tomo mi arma y le apunto en dirección al pecho, cuando decido dispararla el helicóptero de rescate estaba sobre mi cabeza.
Habían llegado aunque un poco tarde, lanzan una escalera y dejo a Angela dormida sobre el suelo. Una vez dentro del helicóptero me dicen:
-¿y la superviviente?
-murió. –les digo un poco deprimido, miro una vez más hacia afuera y Angela estaba ahí aquella muchachita de 20 años, ya era una más del montón, y es ella quien siente el primer sabor de una bala atravesar su cráneo.


jueves, 19 de abril de 2012

GaCiaS!!!!!!



Muchisimas gracias por sus comentarios... gracias tambien por tomar su tiempo y pasar...
Bueno amigos pronto me reactivare con 2 entradas espero sean buenas es que solo me salen buenas cuando estoy bajo presion.
Pronto vendra... Resentimientos...
Espero le sea de su agrado y nuevamente muchisimas garcias por pasar estoy realmente muy agradecida... Gracias!!!
Saludos Lorena Lesiw...
Un enorme saludo a Marcelo Carter, mi amgo y compañero... Gracias Marce.. eres el mejor

martes, 28 de febrero de 2012

Mi Primera Vez.






Fecha 27 de mayo. Año 2004.
Era una calurosa noche en Arizona y me encontraba haciendo guardia a las afueras de una gran casa de una familia adinerada de apellido Romanoff, pero algo extrañamente inusual pasó.
Estaba recostado contra una motocicleta en la que me transportaba mientras mi vehículo seria reparado,  la calle que custodiaba era muy oscura, no había una mísera luz, todo allí era muy sombrío hasta que una mujer embarazada apareció de la nada a punto de parir, ya había roto fuente, y se tomaba constantemente de su gran panza. Miro a todos lados para ver si alguien venia con ella, pero estaba sola.
Me acerco hacia ella, para poder socorrerla de alguna forma, y le digo.
-señora, ¿se encuentra bien?
Ella solamente me daba fuertes alaridos, en una manera desesperada y que solo la madre naturaleza entendía.
-¿señora, responda, se encuentra bien?
-voy a tener a mi bebe, me dice con lagrimas en sus ojos.
-¿nadie viene con usted? Le pregunto con suma cortesía y paciencia.
-no, estaba esperando el bus, pero justamente rompí  bolsa.
-¿quiere que la lleve a algún hospital?
-no lo creo joven, mi bebe ya sale, ayúdeme por favor.
Ayude a la mujer a sentarse en un banco público que se encontraba cerca de la casa de la cual custodiaba, la recosté y ella me dijo que yo tenía que recibir a su niño, estaba más que nervioso. Voy a arruinarlo, pensé,  mientras la futura madre se ubicaba en el banco.
Saque un alcohol en gel que tenía en el bolsillo de mi pantalón, lo unte sobre mis manos, ella se quito sus interiores y separó sus piernas para que yo recibiera al bebe.
Estaba aterrado, nunca había hecho esto, en la academia me lo habían enseñado pero igual, era mi primera vez.
Le dije a la mujer que comenzara a pujar, la pobre hizo toda la fuerza que podía mientras yo trataba de ver al bebe para ver si salía.
-¡puje más! Le dije aun más desesperado que ella.
La mujer hizo toda la fuerza que pudo pero era inútil el niño no salía, todo lo contrario se metía aun más adentro.
Ente medio de los gritos dolorosos de parto, me dice.
-¿ya salió mi bebe joven?
-aun no, el bebe no puede salir, es muy pequeño el orificio.
Saque mi cuchillo, lo limpie con el alcohol que traía  y le dije que respirara hondo mientras hacia una pequeña cortada, ella respiro tanto como pudo ya que no trabajábamos con anestesia, acto seguido le dije que pujara tanto como podía.
La mujer pujo tanto como pudo y mientras ella caía desmayada, yo tomaba a la dulce criatura con mis manos, me quite la cazadora, le seque el rostro y lo cubrí para que no le pasara nada. Mientras la fatigada mujer se reponía del agotador parto, llame a una ambulancia y le di a su pequeño niño para que lo cogiera en brazos.
La ambulancia no tardo mucho en llegar, al cabo de una semana, me condecoraron y al niño le pusieron mi nombre.
Un relato bastante alocado, pero es cierto.

Naufragio en Crozet.


Fecha 15 de febrero. Año 2004.
Me  iban a trasladar a Angola por unos 2 meses, y para no levantar sospechas decidimos hacer el viaje por  mar, es decir, a través de un buque. Por una orden directa del presidente, decidieron llevarme a la sede de la marina estadounidense y desde allí partiríamos hacia Angola. Ya en aquel navío, marchamos hacia el continente Africano.
Son las 2458 horas del día especificado y estamos alejándonos de las costas de Washington, los marines solamente me miran, pareciera que fuera el bicho más feo y extraño que hayan visto, los miro de reojo y decido ir a la popa del barco. Me recuesto por la baranda de la popa y miro el horizonte y me detengo a pensar en las últimas cosas que he hecho últimamente,  si algún día  podre derrotar a la entidad farmacéutica que cambio mi vida para siempre y que sin ella no estaría donde estoy ahora, también me detuve a pensar en que sería de mi, si no estuviera luchando contra las B.O.W y los pequeños brotes de infección que aun recorren vagamente Estados Unidos y ocasionalmente algunas partes del mundo.
Escucho un estruendo en el cielo y levanto la vista, una tormenta se aproxima y no se ve nada agradable. Miro hacia el horizonte una vez más y una gota recorre mi blanca y fría mejilla, paso unos de mis dedos para ver lo que había caído en mi rostro y confirmo que una gran tormenta se avecinaba y que era mejor que entrara.
Una vez dentro de la embarcación, hago una vista rápida de los tripulantes, no habían pasado muchas horas desde que había entrado y el barco comienza a moverse violentamente, algunos de los tripulantes, observo por una de las ventanillas, como tratan de luchar contra las violentas y furiosas aguas.  Salgo afuera para ayudar pero el mayor que estaba a cargo de la tripulación me dice que vuelva a meterme adentro. ¡Quiero ayudar!, le dije sin hacer caso a su orden.
-tengo ordenes directas señor Kennedy, vuelva a meterse al barco.
-no, le dije con agua en mi rostro a causa de aquella tormenta perfectamente letal. El mayor Lexor me mira por unos minutos y mientras las salvajes olas tratan de tumbar al barco, me da unas instrucciones y voy hacia el lugar que me había indicado.
Mientras ayudaba, como podía, a los demás marines, ya que sinceramente nunca había hecho eso, batallábamos contra las rabiosas mareas, habíamos logrado nivelar el barco pero nuestros ojos no habían visto la ola de 20 metros que aguardaba tras nosotros, que con suma intemperancia golpeo a aquella embarcación de tal manera que la dio vuelta, hice lo que pude por tratar de salvar a los tripulantes, incluso al mayor Lexor pero, era inútil las interminables marejadas trataban de ahogarnos una y otra vez.
Lo peor de todo es que mis sentidos estaban bien despiertos, mis oídos oían los dolorosos gritos de auxilio de algunos tripulantes, mi visión solo veía grandes olas que aparecían una y otra vez, pero en mi lucha por sobrevivir el agua me succionaba hacia las oscuras profundidades del océano Atlántico.
Trato de nadar a la superficie tanto como puedo, pero no es suficiente estaba en medio de una mortífera tormenta que trataba de matarme una y otra vez, mis brazos se cansan. Quiero nadar una vez más hacia la superficie para inhalar un poco mas de oxigeno pero me es inútil estoy hundiéndome, las aguas absorben mi cuerpo cansado y mis gritos de auxilios se ven opacados por aquella gran cantidad de agua salada que asfixiaba mi abatimiento.
Mi cuerpo se ha cansado de luchar y la última visión que tuve fue aquel aterrador cielo negro, cierro mis ojos para descansar.
Estaba despierto o solo era un sueño, estoy nuevamente luchando por mi vida en las oscuras aguas del océano Atlántico, a lo lejos observo una pequeña niña que en medio de un llanto desesperado pide auxilio, se parece a Sherry Birkin,  en medio de la tormenta y sin pensarlo dos veces voy hasta aquel lugar y le digo.
-tranquila, ven conmigo, voy a ayudarte. Cuando voy a tomarla de la mano para ponerla a salvo, soy arrastrado violentamente hacia el fondo de aquellas oscuras y sombrías aguas.
Despierto repentinamente, y estoy en una isla que ni siquiera conozco, en un lugar que no sé muy bien en que parte del mundo se encuentra ubicado, comienzo a sentir ese gusto salado en mi organismo, coloco mi dedo índice en la garganta y comienzo a vomitar. Miro a mi alrededor y estoy solo había perdido todo en aquel viaje infernal, no tenía ni siquiera mi comunicador, nada.
Comienzo a recorrer aquel pequeño pedazo de tierra ubicado en alguna parte del mundo, y solo veía agua, agua, y más agua. Estaba  varado en un lugar desconocido, sin comida, ni alguna comunicación humana, si estás eran mis vacaciones, por decirlo de esta manera, fueron las peores.
Caigo sentado en la arena, y miro a un extremo y al otro, y me dije a mí mismo, “Genial, perdido en el fin del mundo, preferiría haber muerto”. Caigo acostado en la arena.
Las horas se me hacían días y los días años, hacia ya dos meses que estaba en esa isla sin contacto humano, con barba y con un aspecto con el que ni yo me reconocía, había perdido las esperanzas de que me estén buscando.
Pero hoy es mi día de suerte, un avión sobrevuela esa área, prendo un gran fogón y de esa manera trato de dar señales de vida, pero al parecer no se percata y continúa su recorrido. Me recuesto sobre un cocotero, y me muero de hambre pero ya no hay mas provisiones ha excepción del coco, pero ya me había cansado de tomar solo agua de coco. Con todas mis fuerzas y para aplacar mi enojo doy un fuerte golpe a aquel árbol.
Los días siguen su curso ya se cumplieron, dos meses con dos semanas que estoy varado en este paradisiaco y solitario lugar, veo espejismos y hablo solo, ¿estaré loco?
Es mi recorrido número 27 por la isla y veo una roca en forma de una persona sentada,  pensando que era alguien, en mi locura pasajera, voy a pedir ayuda, pero me percato de que era una estúpida roca, asi que la miro, me siento frente a ella y comienzo a hablarle y a contarle cuanto odiaba esta estúpida isla.
-¿entiendes o no? ¿Acaso no vas a responder o solo te burlas de mí? Que vas a escucharme si solo eres una estúpida piedra, y yo aun más imbécil que te estoy hablando.
Me pongo nuevamente de pie, me dirijo hacia donde estaba anteriormente  y veo algo brillante en la arena, está enterrado, comienzo a escavar y mis ojos comienzan a agrandarse con cada cavada, era mi cuchillo y mi comunicador, guardo mi cuchillo y tomo mi comunicador, tan solo con levantarlo me di cuenta que ya no serbia para nada, el agua se escurre por los orificios del aparato.  Lanzo un gran suspiro como ya cansado de esperar que me encuentren.
Ya han pasado 3 meses y medio, y no quiero seguir con esta rutina ver la misma isla, rodeada con agua y los mismos arboles  que se encuentran en ese lugar estúpido en el que están. Tampoco quiero seguir comiendo cocos, ya me he cansado de todo ya estaba todo perdido, el alejarme de la civilización me ha dejado un tanto loco y constantemente veo visiones en la que viven a rescatarme.
Lo único bueno es que he hecho un nuevo amigo, le llamo el señor roca. Sé que suena estúpido pero siempre antes de que anochezca voy a contarle cosas de mi vida.
La tarde está llegando y voy dirigiéndome hasta donde está el señor roca, pero con la poca  cordura que aun tengo y mi visión engañosa puedo ver a lo lejos un helicóptero de rescate, vienen por mí.
Comienzo a gritar tanto como puedo, y sacudo las manos para que pudieran verme, el helicóptero desciende en el otro extremo de la isla, me hecho a correr tanto como puedo y llego por fin frente a aquel armatoste volador, aquellos dos hombres me miran con una mirada un tanto extrañada y uno de ellos dice.
-¿Kennedy, eres tú?
-si soy yo, soy Leon Kennedy.  He perdido mi cordura pero aun no tengo síntomas de estupidez transitoria.
Era difícil distinguir una persona en buen estado, que una en estado demacrado como lo estaba yo, ropa haraposa, barba y mi rostro sucio te tanto tomar ¡COCOS!
-sube Kennedy, te buscamos por todo un mes.
-un mes, mucho tiempo ¿eh?,… ¡estuve 3 meses y medio en esa isla, y ustedes recién van buscándome un mes!
Me siento en el helicóptero y finalmente me largo de ese lugar. Días después me habían dicho que estaba en una isla llamada, Isla Crozet, ubicada entre el océano Atlántico y el Índico, debajo de Madagascar.
-apestas Kennedy, me dice uno de los pilotos del helicóptero y nuevamente me llevan a Estados Unidos.
Creo que fue una experiencia de locos.
Extrañare al señor roca.

viernes, 24 de febrero de 2012

Mr.Jones II


Realmente siento la enorme necesidad de tomarme unas vacaciones, pero mientras Umbrella exista creo que nunca podre. Me dirijo hacia un barco que está varado en las costas de Portugal, al parecer transportaba armas biológicas con destino a la capital de Francia, Paris. Pero según como lo tengo entendido al parecer algo salió mal, y se origino un pequeño brote de infección dentro del barco.
Me han llamado para que me encargue de la situación junto a una agente que me espera en el mismo buque denominado Mr. Jones II.
Mientras bajo del helicóptero, la agente con la que comparto la misión y la misma que sera mi compañera, se presenta ante mí.
-agente Kennedy, mucho gusto, mi nombre es Natalia de la Cruz.
-mucho gusto.
Le paso la mano, su rara vestimenta asombra mis ojos, tiene puesto un llamativo vestido de fiesta de color dorado, y en su mano porta una ametralladora M75, también un cuchillo y una pistola 9 mm adornan en su porta armas que lleva en una de sus piernas.
-creo que ya está todo listo para comenzar el recorrido en el crucero Jones.
-bien entonces vamos.
Comenzamos a adentrarnos en el barco, pero misteriosamente comienza a marchar, nos miramos con Natalia, le digo que vaya a cubierta a ver qué sucedía que la esperaría. Al cabo de 15 minutos vuelve y me dice que el barco estaba en marcha.
-no importa prosigamos con la misión.
Continuamos caminando por unos pasillos y en uno de los camarotes comienza a emanar un olor nauseabundo, Natalia me mira y dice.
-¿Qué es ese asqueroso olor?
-no lo sé, proviene de aquí.
Abro la puerta y observo una importante cantidad de cuerpos humanos devorados por algún tipo de espécimen, cierro la puerta y le digo a Natalia para proseguir con el recorrido por aquel pasillo, pero me descuido por tan solo unos minutos y se lanza sobre mí una infectada que babeándome y gruñéndome me da entender que mi carne es apta para su paladar, Natalia hace un tiro exacto en la sien de aquella mujer. La hago a un lado y la muchacha me pregunta si estoy bien, me seco la sangre del rostro y proseguimos.
Llegamos ante una gran puerta blindada, miro a Natalia y disparo en un gran candado que trababa la entrada al siguiente nivel de la embarcación, una vez abierto el pasador ingresamos adentro, y grandes lonas cubrían a lo que parecía ser cilindros de hierro, le hago una seña a Natalia y juntos destapamos y nuestros ojos se habían asombrado al ver que había un valor aproximado entre 20 o 25 armas biológicas que serian destinadas al mercado negro chino. Pero mi hipótesis fue, ¿para qué llevarlas a Paris si su destino original seria China?
Le hago señales a Natalia porque había una puerta que daba a otra habitación, pero detrás nuestro habían 8 Cerberus, eran los tan adorados perros de Wesker. Retrocedemos lentamente pero aquellos demonios vivientes avanzan con nosotros, asi que comenzamos a disparar, aquellos animales comienzan a abalanzarse, liquidamos a 5 pero quedan 3 detrás de aquella puerta que nos dividían de ellos.
Recargo mi arma y junto a la agente Cruz exterminamos a los  últimos 3 que quedaban, continuamos con el recorrido en el barco, ese miedo vuelve a mí, era ese presentimiento de que algo andaba mal, frente a nosotros hay otro pasillo que va de forma horizontal, Natalia sigue caminando pero la jalo del brazo y un infectado atraviesa el vidrio.
Ni bien se pone de pie le doy dos tiros en la frente, y juntos proseguimos por aquel recoveco, le cubro las espaldas mientras avanzamos sigilosamente pero un individuo sale de una habitación y me apunta en la espalda.
-alto,… o te disparo niño bonito.
-tranquilízate somos los chicos buenos.
-como se que eres de los buenos, y no uno de esos zombis reguemierderos.
-si lo fuera ya estarías bien muerto. –le digo en un tono sarcástico.
-y la hermosura que está contigo, ¿Quién es?
-mi nombre es Natalia de la Cruz y no soy ninguna hermosura, soy la agente Cruz para ti.
-ok amor, no es para que te exaltes. –dice aquel extraño mientras me quita el arma de la espalda lentamente. –y tú, ¿quién eres?
-mi nombre es Leon S Kennedy, y estamos a cargo de esta misión. Y tú ¿eres?
-Albert, James Albert. Llegamos hace un par de días con mi equipo pero nos perdimos en esta enorme nave, al parecer soy el único sobreviviente  porque no he visto a nadie de mi equipo.
-y ¿Cómo sabes que eres el único?
-la verdad no sabría cómo decirte, mi superior nos había mandado a mi junto a otros 3 compañeros más y al entrar en esta especie de habitación perdimos la salida y todo contacto por radio.
Lo miro de una forma sospechosa y saco mi intercomunicador para ver si daba con Hunnigan pero realmente James tenía razón, había algo ahí dentro que evitaba la comunicación. Lo volví a mirar y le dije.
-vienes o vas a quedarte.
-pues voy. –Se para junto a la agente Cruz y le dice –con que Nati ¿eh?, te puedo decir Nati ¿no?
Observo bien al muchacho y estaba armado hasta los dientes. Proseguimos pero a lo lejos vemos a una muchachita de aproximadamente unos 17 años de edad esta gritando, pareciera que algo la devoraba por dentro, James se acerca y le pregunta si está bien. Miro fijamente a la muchacha y lo estiro a James.
-está infectada. –Dije alarmado –dispárale Natalia.
Natalia hace un disparo más que certero pero comienzan a salir tentáculos por los oídos de aquella joven y su cabeza se parte en 4 pedazos, se parecían mucho a los majini con los que se había enfrentado Chris Redfield en África. La miramos mientras termina de mutar horriblemente, luego comenzamos a disparar, era ese horrible espécimen o nosotros, observo que tiene un punto débil en el centro de los tentáculos parecía ser una especie de corazón o de ojo, tomo mi cuchillo y lo arrojo, el despido del cuchillo fue tan certero que grite, “¡SI!”.
Mientras Natalia y James miran como se comportaba el inmundo adefesio antes de finalmente llegar a su fin, le grito a James que me lanzara un lanzallamas que se encontraba cerca de él. Cuando finalmente lo tengo en mi poder, acabo con la vida de ese esperpento.
Pero veo unas carpetas sobre una pequeña mesa, los papeles contenían información importante acerca de las actividades clandestinas de Umbrella.
-¿Qué sucede Kennedy?
-estos son…, son…
-¿son?
-son movimientos bancarios de Umbrella, también aquí dice que Umbrella es la responsable de este pequeño brote de infección. Y… … …
-¿y? ¿Qué ocurre?
Me doy vuelta y tras nosotros hay aproximadamente unos 37 o 56 infectados rodeándonos y sellándonos las salidas.
-estamos atrapados. –me dice Natalia.
-al parecer si, y bien atrapados.
Comienzo a mirar a todos lados para ver si hay una salida rápida, porque no había escapatoria, y veo en el techo una válvula de escape, que afortunadamente daba a la cubierta del barco
-súbete a la mesa Natalia.
-pero Kennedy,…
-¡te dije que te subas!
Mientras ella sube, James incinera a los infectados para hacer más tiempo. Le quito al chico el lanza llamas que tenia y le digo que suba junto con Natalia.
-Kennedy,… ¿vas a quedarte aquí?
-cállate y sube.
James sube a cubierta, Natalia lo ayuda. Le grito a la agente Cruz para que me arroje su liga, ella me la arroja sin pensarlo dos veces y ato el seguro del lanza llamas para que después de soltarlo siguiera funcionando, pero esta quedándose sin querosén, y a lo lejos observo unos tanques de Nitro y disparo 4 veces doy en el blanco, tomo las carpetas  y salto hacia la válvula para por fin salir a cubierta, pero mis manos están muy sudorosas, al parecer me estoy resbalando, pero justo James me toma de ambas manos. Al cerrar aquella válvula le digo a James aun agitado.
-gracias viejo.
-no hay de que hermano.
Inhalo y exhalo tantas veces como me sea posible, nunca había hecho algo tan riesgoso.
-¿tienes las carpetas? –dice Natalia.
Se las enseño, pero prosigo leyendo algunos papeles, observo a Natalia y digo.
-¿y James?
-no lo sé estaba aqui hace un momento.
Me pongo de pie y observo a todos lados, como buscándolo, Natalia se para a mi lado y me dice.
-¿lo encontraste?
-no, aun no. Separémonos y reencontrémonos nuevamente aqui.
-ok,…
Me volteo para ir por mi camino, pero ella vuelve a llamarme, y gran sorpresa se llevaron mis ojos luego de lo que a continuación sucedió.
-Kennedy…
-¿si? –le digo curioso.
Ella se acerca, me toma de la camiseta, y me besa de una forma que ni yo me la esperaba, luego me mira a los ojos y me dice susurrándome a los labios.
-Cuídate… -acto seguido me guiña el ojo y se marcha.
Wow nunca supe que ocasionaba esa reacción en mujeres. Continúo mi marcha, luego de unas horas doy con James que se encuentra en el suelo con una grave herida en la cabeza, trato de reanimarlo llamándolo.
-¡James! ¡James! –pero no hay respuesta alguna, detrás de mí un extraño me dice.
-Al fin logro verte a la cara Kennedy, después de todo Ada no pudo encargarse de ti, pero yo lo hare rápido, te prometo que te dolerá.
Una risa macabra brota de sus labios.
-¡Wesker! ¿Qué demonios quieres?
-quiero,… las carpetas que me las quitaste,… las que me robaste de mi barco.
-maldito, sabía que estabas detrás de todo esto, algo me olía mal.
Wesker vuelve a reírse, y me golpea con rudeza dejándome atontado en el suelo, pero detrás de él aparece Natalia.
-al suelo Wesker, tus mierdas de planes se acabaron maldito enfermo.
Wesker se regocija, me toma del cuello y me levanta, y mientras hablaba a Natalia, con fuerza aprieta  mi pescuezo.
-Natalia, mi dulce Natalia. Tú no sabes quién soy yo, pero yo si se quién eres tú.
-si sé muy bien quién eres, ahora suéltalo o disparo.
Cuando Cruz empieza a disparar Wesker me arroja lejos pero una pared amortigua mi golpe, pero cuando Wesker decide ir tras Natalia, James se repone rápidamente y comienza a dar tiros a Wesker. Mientras Natalia va a socorrerme, James hace lo posible por detener al maldito.
Rápidamente me levanto y observo a mí alrededor, pero no hay nada para detener a ese maldito imbécil, asi que voy a la ayuda de James junto con la agente Cruz, pero cuando por fin le estábamos dando una paliza el maldito se retira y dice.
-sera en otra ocasión Kennedy, tengo asuntos pendientes que arreglar contigo.
Lo quedo observando mientras se va, pero a la vez me culpo por perder las carpetas con importante información, Natalia me mira y dice.
-Yo no estaría tan segura. -y saca las carpetas detrás de su espalda.
Le sonrío vagamente y volvemos a cubierta. Llegando a las costas francesas, ambos nos despedimos de James que se marcha rápidamente del barco.
-gracias –le digo a la agente Cruz -eres una excelente compañera.
Ella me mira a los ojos y me dice.
-con un gracias no me basta.
Me jala hacia su cuerpo y vuelve a besarme en los labios.
Después de todo la misión no fue tan monótona.
[Idea original de Natalia de la Cruz una amigaza, te quiero mi chinita…]

miércoles, 22 de febrero de 2012

Una vieja amistad...


Una buena forma de identificar un hermoso día es mirando hacia el cielo, miro por unos cinco minutos hacia aquella bóveda celeste, son aproximadamente las 2230 horas.



Rápidamente Jill Valentine me hace bajar nuevamente a tierra y me doy cuenta de que estoy en plena misión de rescate, al parecer una extraña explosión se había originado en un edificio de los bajos barrios de California del Norte.


Llegamos tan rápido como podemos y junto con Jill Valentine, ingresamos a aquel gran inmueble, comenzamos a recorrer el lugar y lo único que veía eran cadáveres masculinos despedazados por doquier, Jill piensa en voz alta “que asco”, sonrió suavemente y continuamos la marcha.


Unas grandes escaleras se interponen en nuestro camino y decidimos subir a los pisos superiores, nos mantenemos alerta ante cualquier situación.


En ese instante, escuchamos un grito de auxilio y corremos hacia donde esta aquel pedido de ayuda, pero lo extraño era que a medida que nos acercábamos, aquel pedido de socorro se oía más lejos. Para eso decidimos dividirnos con Jill.


-lo mejor sera que nos separemos.


-está bien, nos reencontramos en los pisos inferiores. –me dice Jill con mucha seriedad. Pero cuando decido marcharme, ella se voltea y me dice.


-¡cuídate Leon!


-no te preocupes estaré bien.


Continuo la marcha en busca de aquella persona que pedía ayuda, no recuerdo muy bien pero, había ocurrido algo que nunca olvidare. Mientras revisaba unos cadáveres en busca de sobrevivientes, levanto mi vista y observo a lo lejos el reflejo de una mujer desnuda en su totalidad. Curioso ante aquel suceso me pongo de pie y comienzo a seguirla, ella me llamaba con sus dedos, la miro sospechosamente mientras caminaba hacia ella.


Pero eso no era lo peor, lo peor era que no podía detener mi marcha continuaba, quería volver pero no podía pareciera que no tenia control sobre mis piernas, asi que continué.


Escuchaba esa suave sonrisa femenina en mis oídos, que a la vez me llamaba con una suave y delicada voz, que hacía que perdiera mis sentidos. Era tan dulce aquel sonido y tan hermoso que comienza a despertar mis deseos masculinos más profundos.


Finalmente detengo mis pasos en un oscuro pasillo, donde no había ni una sola luz, saco mi linterna y la enciendo, comienzo a caminar para averiguar hacia donde me llevaba aquel sombrío y tenebroso pasaje, pero la linterna empieza a fallar y se apaga definitivamente. Le doy unos golpes contra mi palma pero no había cambio alguno, pero continué, la luz de la luna era mi aliada en aquel lugar.


A lo lejos veo lo que parecía ser una puerta, con mucha cautela la abro, y a lo lejos veo nuevamente a aquella extraña mujer desnuda, y me llama para que fuera con ella, mis pies comienzan a caminar sin que yo quisiera o diera la orden de andar, recuerdo que de su cuerpo desplegaba un aroma delicioso para mis sentidos de hombre, y nuevamente aquel deseo vuelve con más fuerza. Alcanzo a ver su rostro era una mujer hermosa de ojos azules y una larga cabellera rubia, con finas facciones, que volvería loco a cualquier hombre.


Cuando por fin la tuve frente a mí, ciento como mi piel se estremece, ella comienza a caminar alrededor mío, mientras me acaricia mis hombros. Estaba hechizado con su belleza, se pone detrás de mí y comienza a quitarme la cazadora, mi mente estaba alerta y activa pero mi cuerpo no me respondía.


Se coloca nuevamente frente a mí, cierro mis ojos y me toma de la nuca, acercándose a mi oído dice mi nombre con aquella dulce voz que excitaba mis hormonas, pero escucho a lo lejos que Jill comienza a llamarme, abro mis ojos y aquella extraña mujer ya no estaba y mi cazadora se había ido junto con ella, volteo y Jill viene hacia mí.


-¿Dónde estabas?


-estaba revisando esta habitación.


No quería decirle lo que había sucedido con aquella mujer porque me daba un poco de retraimiento.


-encontré una sobreviviente y esta herida.


-bien, Vamos.


Bajamos al piso inferior y nos dirigimos a lo que parecía ser un baño, entramos y veo a una persona a la que conocía desde hace mucho antes de que entrara al RPD.


-¿Nhayli?


-¿Leon? –me dice aquella muchacha en el suelo con una grave herida en su brazo izquierdo.


-¿se conocen? –dice Jill curiosa.


-claro –dije- ella es, prácticamente como mi hermana. ¿Qué haces acá, aun sigues en la INTERPOL?


-si, vine con mi equipo hace una semana, pero todos comenzaron a desaparecer misteriosamente.


-¿y a ti que te sucedió? –dice Jill refiriéndose a Nhayli.


-una extraña mujer exhibicionista, me hirió en el brazo, desde ese momento me resguarde en este cochino baño.


La ayudo a ponerse de pie, mientras Jill le pregunta.


-¿Cuántos han venido contigo?


-éramos 7 personas, 6 hombres y yo, la única mujer.


-¿y cómo es eso de que desaparecieron misteriosamente, no me ha quedado muy en claro?


-no sé cómo explicarte, al último de mis compañeros que vi fue a un novato llamado John. Me había dicho que una mujer se les aparecía, una mujer desnuda la misma que me apareció a mí, y que les llevaba a una especie de habitación con muchas velas y que según lo que había visto se los follaba y que luego los asesinaba arrancándoles sus órganos, es una locura pero es cierto.


-no tienes idea de cómo se llama esa mujer.


-aguarda, era… una tal Nicole Gúnter, eso fue lo que me dijo John.


Quede pensando por unos segundos y dije.


-¿por las dudas no es una mujer rubia?


-si esa misma.


-esa mujer se me apareció.


Ambas me quedaron mirando, como Nhayli era muy extrovertida, me dijo.


-¿y ya te ha follado?


-no, solo se me apareció unas cuantas veces. Aguarden, tengo que hacer una llamada.


Tomo mi intercomunicador y llamo a Hunnigan.


-Hunnigan, es Leon.


-[Leon, ¿en qué puedo serte útil?]


-Hunnigan busca a en la base de datos a una tal Nicole Gúnter.


-[aquí lo tengo. Nicole Gúnter, era una mujer conocida por asesinar a hombres, su principal característica era mantener relaciones carnales y luego los asesinaba de una manera atroz, era más conocida con el nombre de “La viuda”, falleció en el año 1988, de ahí no hay más registro de ella.]


-gracias Hunnigan estamos en contacto.


Les cuento a Jill y a Nhayli exactamente como Hunnigan me lo había dicho.


-genial –dice Nhayli- un fantasma de mierda te quiere violar.


-¡ya basta Nhayli! Porque mejor no seguimos.


-sería lo más conveniente, y salgamos ya de este maldito lugar –dice Jill.


Nos ponemos en marcha en busca de la salida y “La viuda” se presenta ante nosotros a unos 5 metros aproximadamente, con suaves movimientos en su muñeca, derrumba a Nhayli al suelo y le rompe la pierna, no encontrábamos explicación alguna. Antes de que caiga al suelo rendida la tomo entre mis brazos.


-¿estás bien?


-te parece que estoy bien, tengo la pierna rota.


Pero la mujer continúa moviendo la muñeca y veo a Nhayli como comienza a retorcerse del dolor, y se tira para atrás.


-¡YA BASTA NICOLE! –grito desesperadamente


En ese instante ella desaparece, Nhayli con lágrimas en los ojos me dice:


-juro que voy a matar a esa perra.


Jill levanta el pantalón de Nhayli y dice.


-tiene rota la tibia.


La tomo entre mis brazos y le digo a Jill, busquemos una salida rápida antes que esto empeore la situación y alguien termine aun mas herido.


En busca de una salida rápida, pero habíamos perdido el camino, La viuda hacia que perdiéramos la ruta confundiéndonos y adentrándonos más a la casa. Escucho nuevamente su dulce voz que me llama, sacudo mi cabeza para no oírla, porque si lo hacía, estaba llevándome a mí mismo a la tumba.


-¿estás bien Leon? –Me dice Nhayli preocupada –es esa perra de nuevo ¿no?


-no, estoy bien.


Minutos después su voz viene con más fuerza, me era inevitable resistirme a su encantador sonido, caigo de rodillas con Nhayli aun en mis brazos, no la había soltado en ningún momento.


Ella intenta hacerme despertar, levanto mi mirada y frente a mi estaba Nicole, ellas no podían verla cuando la viuda me llamaba solamente yo podía, me dice con su voz dulce y hechizada “Leon, ven conmigo”. Dejo a Nhayli en el suelo y me pongo de pie, voy tras ella como perro tras su hueso, me tenia hipnotizado, no podía no ignorarla.


-¡Leon! ¿Dónde mierda vas? –me dice Nhayli mientras camino en soledad.


Jill ayuda a Nhayli y dice:


-vamos tras esa zorra, puedes caminar.


-No, sigue tú, yo me quedare aquí.


-¿estás segura?


-si, ahora ve.


Mi intercomunicador suena varias veces pero no contesto estaba seducido ante la belleza de Nicole, Jill se pone frente a mí y dice.


-Leon, despierta, mírame, despiértate.


Pero mi marcha continuaba, ella mide mi visión hacia donde estaba mirando y arroja unas cuantas granadas incendiarias hasta que arrojo una en el lugar en el que se encontraba la viuda, Nicole Gúnter comienza a gritar desesperadamente porque las llamas la consumían, un par de cenizas vuelan y finalmente caigo al suelo rendido, lo último que veo son las botas de Jill y escucho su voz en eco preguntándome si estoy bien.


Una experiencia paranormal, yo diría que si.


[Gracias hermanita por permitirme ponerte en mi historia. Lorena Lesiw]