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miércoles, 22 de febrero de 2012

Una vieja amistad...


Una buena forma de identificar un hermoso día es mirando hacia el cielo, miro por unos cinco minutos hacia aquella bóveda celeste, son aproximadamente las 2230 horas.



Rápidamente Jill Valentine me hace bajar nuevamente a tierra y me doy cuenta de que estoy en plena misión de rescate, al parecer una extraña explosión se había originado en un edificio de los bajos barrios de California del Norte.


Llegamos tan rápido como podemos y junto con Jill Valentine, ingresamos a aquel gran inmueble, comenzamos a recorrer el lugar y lo único que veía eran cadáveres masculinos despedazados por doquier, Jill piensa en voz alta “que asco”, sonrió suavemente y continuamos la marcha.


Unas grandes escaleras se interponen en nuestro camino y decidimos subir a los pisos superiores, nos mantenemos alerta ante cualquier situación.


En ese instante, escuchamos un grito de auxilio y corremos hacia donde esta aquel pedido de ayuda, pero lo extraño era que a medida que nos acercábamos, aquel pedido de socorro se oía más lejos. Para eso decidimos dividirnos con Jill.


-lo mejor sera que nos separemos.


-está bien, nos reencontramos en los pisos inferiores. –me dice Jill con mucha seriedad. Pero cuando decido marcharme, ella se voltea y me dice.


-¡cuídate Leon!


-no te preocupes estaré bien.


Continuo la marcha en busca de aquella persona que pedía ayuda, no recuerdo muy bien pero, había ocurrido algo que nunca olvidare. Mientras revisaba unos cadáveres en busca de sobrevivientes, levanto mi vista y observo a lo lejos el reflejo de una mujer desnuda en su totalidad. Curioso ante aquel suceso me pongo de pie y comienzo a seguirla, ella me llamaba con sus dedos, la miro sospechosamente mientras caminaba hacia ella.


Pero eso no era lo peor, lo peor era que no podía detener mi marcha continuaba, quería volver pero no podía pareciera que no tenia control sobre mis piernas, asi que continué.


Escuchaba esa suave sonrisa femenina en mis oídos, que a la vez me llamaba con una suave y delicada voz, que hacía que perdiera mis sentidos. Era tan dulce aquel sonido y tan hermoso que comienza a despertar mis deseos masculinos más profundos.


Finalmente detengo mis pasos en un oscuro pasillo, donde no había ni una sola luz, saco mi linterna y la enciendo, comienzo a caminar para averiguar hacia donde me llevaba aquel sombrío y tenebroso pasaje, pero la linterna empieza a fallar y se apaga definitivamente. Le doy unos golpes contra mi palma pero no había cambio alguno, pero continué, la luz de la luna era mi aliada en aquel lugar.


A lo lejos veo lo que parecía ser una puerta, con mucha cautela la abro, y a lo lejos veo nuevamente a aquella extraña mujer desnuda, y me llama para que fuera con ella, mis pies comienzan a caminar sin que yo quisiera o diera la orden de andar, recuerdo que de su cuerpo desplegaba un aroma delicioso para mis sentidos de hombre, y nuevamente aquel deseo vuelve con más fuerza. Alcanzo a ver su rostro era una mujer hermosa de ojos azules y una larga cabellera rubia, con finas facciones, que volvería loco a cualquier hombre.


Cuando por fin la tuve frente a mí, ciento como mi piel se estremece, ella comienza a caminar alrededor mío, mientras me acaricia mis hombros. Estaba hechizado con su belleza, se pone detrás de mí y comienza a quitarme la cazadora, mi mente estaba alerta y activa pero mi cuerpo no me respondía.


Se coloca nuevamente frente a mí, cierro mis ojos y me toma de la nuca, acercándose a mi oído dice mi nombre con aquella dulce voz que excitaba mis hormonas, pero escucho a lo lejos que Jill comienza a llamarme, abro mis ojos y aquella extraña mujer ya no estaba y mi cazadora se había ido junto con ella, volteo y Jill viene hacia mí.


-¿Dónde estabas?


-estaba revisando esta habitación.


No quería decirle lo que había sucedido con aquella mujer porque me daba un poco de retraimiento.


-encontré una sobreviviente y esta herida.


-bien, Vamos.


Bajamos al piso inferior y nos dirigimos a lo que parecía ser un baño, entramos y veo a una persona a la que conocía desde hace mucho antes de que entrara al RPD.


-¿Nhayli?


-¿Leon? –me dice aquella muchacha en el suelo con una grave herida en su brazo izquierdo.


-¿se conocen? –dice Jill curiosa.


-claro –dije- ella es, prácticamente como mi hermana. ¿Qué haces acá, aun sigues en la INTERPOL?


-si, vine con mi equipo hace una semana, pero todos comenzaron a desaparecer misteriosamente.


-¿y a ti que te sucedió? –dice Jill refiriéndose a Nhayli.


-una extraña mujer exhibicionista, me hirió en el brazo, desde ese momento me resguarde en este cochino baño.


La ayudo a ponerse de pie, mientras Jill le pregunta.


-¿Cuántos han venido contigo?


-éramos 7 personas, 6 hombres y yo, la única mujer.


-¿y cómo es eso de que desaparecieron misteriosamente, no me ha quedado muy en claro?


-no sé cómo explicarte, al último de mis compañeros que vi fue a un novato llamado John. Me había dicho que una mujer se les aparecía, una mujer desnuda la misma que me apareció a mí, y que les llevaba a una especie de habitación con muchas velas y que según lo que había visto se los follaba y que luego los asesinaba arrancándoles sus órganos, es una locura pero es cierto.


-no tienes idea de cómo se llama esa mujer.


-aguarda, era… una tal Nicole Gúnter, eso fue lo que me dijo John.


Quede pensando por unos segundos y dije.


-¿por las dudas no es una mujer rubia?


-si esa misma.


-esa mujer se me apareció.


Ambas me quedaron mirando, como Nhayli era muy extrovertida, me dijo.


-¿y ya te ha follado?


-no, solo se me apareció unas cuantas veces. Aguarden, tengo que hacer una llamada.


Tomo mi intercomunicador y llamo a Hunnigan.


-Hunnigan, es Leon.


-[Leon, ¿en qué puedo serte útil?]


-Hunnigan busca a en la base de datos a una tal Nicole Gúnter.


-[aquí lo tengo. Nicole Gúnter, era una mujer conocida por asesinar a hombres, su principal característica era mantener relaciones carnales y luego los asesinaba de una manera atroz, era más conocida con el nombre de “La viuda”, falleció en el año 1988, de ahí no hay más registro de ella.]


-gracias Hunnigan estamos en contacto.


Les cuento a Jill y a Nhayli exactamente como Hunnigan me lo había dicho.


-genial –dice Nhayli- un fantasma de mierda te quiere violar.


-¡ya basta Nhayli! Porque mejor no seguimos.


-sería lo más conveniente, y salgamos ya de este maldito lugar –dice Jill.


Nos ponemos en marcha en busca de la salida y “La viuda” se presenta ante nosotros a unos 5 metros aproximadamente, con suaves movimientos en su muñeca, derrumba a Nhayli al suelo y le rompe la pierna, no encontrábamos explicación alguna. Antes de que caiga al suelo rendida la tomo entre mis brazos.


-¿estás bien?


-te parece que estoy bien, tengo la pierna rota.


Pero la mujer continúa moviendo la muñeca y veo a Nhayli como comienza a retorcerse del dolor, y se tira para atrás.


-¡YA BASTA NICOLE! –grito desesperadamente


En ese instante ella desaparece, Nhayli con lágrimas en los ojos me dice:


-juro que voy a matar a esa perra.


Jill levanta el pantalón de Nhayli y dice.


-tiene rota la tibia.


La tomo entre mis brazos y le digo a Jill, busquemos una salida rápida antes que esto empeore la situación y alguien termine aun mas herido.


En busca de una salida rápida, pero habíamos perdido el camino, La viuda hacia que perdiéramos la ruta confundiéndonos y adentrándonos más a la casa. Escucho nuevamente su dulce voz que me llama, sacudo mi cabeza para no oírla, porque si lo hacía, estaba llevándome a mí mismo a la tumba.


-¿estás bien Leon? –Me dice Nhayli preocupada –es esa perra de nuevo ¿no?


-no, estoy bien.


Minutos después su voz viene con más fuerza, me era inevitable resistirme a su encantador sonido, caigo de rodillas con Nhayli aun en mis brazos, no la había soltado en ningún momento.


Ella intenta hacerme despertar, levanto mi mirada y frente a mi estaba Nicole, ellas no podían verla cuando la viuda me llamaba solamente yo podía, me dice con su voz dulce y hechizada “Leon, ven conmigo”. Dejo a Nhayli en el suelo y me pongo de pie, voy tras ella como perro tras su hueso, me tenia hipnotizado, no podía no ignorarla.


-¡Leon! ¿Dónde mierda vas? –me dice Nhayli mientras camino en soledad.


Jill ayuda a Nhayli y dice:


-vamos tras esa zorra, puedes caminar.


-No, sigue tú, yo me quedare aquí.


-¿estás segura?


-si, ahora ve.


Mi intercomunicador suena varias veces pero no contesto estaba seducido ante la belleza de Nicole, Jill se pone frente a mí y dice.


-Leon, despierta, mírame, despiértate.


Pero mi marcha continuaba, ella mide mi visión hacia donde estaba mirando y arroja unas cuantas granadas incendiarias hasta que arrojo una en el lugar en el que se encontraba la viuda, Nicole Gúnter comienza a gritar desesperadamente porque las llamas la consumían, un par de cenizas vuelan y finalmente caigo al suelo rendido, lo último que veo son las botas de Jill y escucho su voz en eco preguntándome si estoy bien.


Una experiencia paranormal, yo diría que si.


[Gracias hermanita por permitirme ponerte en mi historia. Lorena Lesiw]

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