
Fecha 27 de mayo. Año 2004.
Era una calurosa noche en Arizona y me encontraba haciendo guardia a las afueras de una gran casa de una familia adinerada de apellido Romanoff, pero algo extrañamente inusual pasó.
Estaba recostado contra una motocicleta en la que me transportaba mientras mi vehículo seria reparado, la calle que custodiaba era muy oscura, no había una mísera luz, todo allí era muy sombrío hasta que una mujer embarazada apareció de la nada a punto de parir, ya había roto fuente, y se tomaba constantemente de su gran panza. Miro a todos lados para ver si alguien venia con ella, pero estaba sola.
Me acerco hacia ella, para poder socorrerla de alguna forma, y le digo.
-señora, ¿se encuentra bien?
Ella solamente me daba fuertes alaridos, en una manera desesperada y que solo la madre naturaleza entendía.
-¿señora, responda, se encuentra bien?
-voy a tener a mi bebe, me dice con lagrimas en sus ojos.
-¿nadie viene con usted? Le pregunto con suma cortesía y paciencia.
-no, estaba esperando el bus, pero justamente rompí bolsa.
-¿quiere que la lleve a algún hospital?
-no lo creo joven, mi bebe ya sale, ayúdeme por favor.
Ayude a la mujer a sentarse en un banco público que se encontraba cerca de la casa de la cual custodiaba, la recosté y ella me dijo que yo tenía que recibir a su niño, estaba más que nervioso. Voy a arruinarlo, pensé, mientras la futura madre se ubicaba en el banco.
Saque un alcohol en gel que tenía en el bolsillo de mi pantalón, lo unte sobre mis manos, ella se quito sus interiores y separó sus piernas para que yo recibiera al bebe.
Estaba aterrado, nunca había hecho esto, en la academia me lo habían enseñado pero igual, era mi primera vez.
Le dije a la mujer que comenzara a pujar, la pobre hizo toda la fuerza que podía mientras yo trataba de ver al bebe para ver si salía.
-¡puje más! Le dije aun más desesperado que ella.
La mujer hizo toda la fuerza que pudo pero era inútil el niño no salía, todo lo contrario se metía aun más adentro.
Ente medio de los gritos dolorosos de parto, me dice.
-¿ya salió mi bebe joven?
-aun no, el bebe no puede salir, es muy pequeño el orificio.
Saque mi cuchillo, lo limpie con el alcohol que traía y le dije que respirara hondo mientras hacia una pequeña cortada, ella respiro tanto como pudo ya que no trabajábamos con anestesia, acto seguido le dije que pujara tanto como podía.
La mujer pujo tanto como pudo y mientras ella caía desmayada, yo tomaba a la dulce criatura con mis manos, me quite la cazadora, le seque el rostro y lo cubrí para que no le pasara nada. Mientras la fatigada mujer se reponía del agotador parto, llame a una ambulancia y le di a su pequeño niño para que lo cogiera en brazos.
La ambulancia no tardo mucho en llegar, al cabo de una semana, me condecoraron y al niño le pusieron mi nombre.
Un relato bastante alocado, pero es cierto.
jaja qué genio. Excelente historia, Lore :)
ResponderEliminarMe generó ansiedad!!! y nervioss!! muy buenaa
ResponderEliminar