Han pasado 5 meses desde el último brote de virus ocurrido en Latinoamérica, aun no puedo olvidar esos ojos verdes, son las 3 de la mañana, hace mucho calor, y la luz se ha cortado hace media hora. Estoy acostado en mi cama, el calor hace que no pueda reposar tranquilamente, me levanto y miro por la ventana, observo por un instante las estrellas y me acuerdo de ella, de Nabila.
Mis labios están secos, voy por un vaso de agua y suena mi teléfono, lo atiendo. Pero una extraña voz masculina del otro lado me dice:
-espero que te guste el regalo que te he mandado.
Cuando corto el teléfono, tocan la puerta de mi departamento. La abro y hay una caja blanca con un gran moño rojo. Miro la caja sospechosamente, y noto que tenia la insignia de Umbrella, pero escucho como un ruido que prevenía desde adentro era como un, tic-toc. Tic-toc. Tic-toc.
Mierda, era una bomba. Quise correr para cubrirme pero, era demasiado tarde solo faltaban segundos para que estallara.
Lo último que oigo es la explosión.
Pero aunque estaba desmayado, continuaba consiente y podía oír todo lo que ocurría a mi alrededor.
Después de unos minutos, escucho ruidos de sirenas y de un murmullo de gente, puedo sentir que revuelven los escombros, y escucho a alguien decir:
-¿Kennedy? ¿Kennedy? ¿Estás bien?
El cuerpo me dolía absolutamente todo, no podía moverme al parecer se me habían roto 3 costillas, perdía demasiada sangre, ya que me había abierto la cabeza, porque un pedazo de escombro se me había caído encima de mi cuerpo.
Me sentía cansado, muy cansado.
Luego me despierto lleno de cables y zondas, miro y a mi lado estaba Chris Redfield.
-¿Cómo te sientes?
-como si un camión me hubiera pasado por encima, ¿Qué sucedió?
- no lo sé, ¿dímelo tu?
-lo único que recuerdo es una caja con un moño rojo y sobre ella, un pequeño sobre, que al parecer contenía una nota.
-¿te refieres a este sobre?
Saca un pequeño sobre de su bolsillo, y me lo entrega.
Lo tomo, la ansiedad me carcome la cabeza, y decido abrirlo de prisa. Una pequeña nota, arrugada y un tanto quemada por la explosión decía lo siguiente:
-si aun estás con vida, me alegro por ti. Eso quiere decir que la próxima vez no te salvas.
Espero que te haya gustado mi obsequio, muy pronto tendrás noticias mías maldito.
No creas que aun estás a salvo Kennedy. Si continuas con tus movimientos, yo continuare con los míos y te golpeare donde más te duele.
Albert Wesker.
Con mucha rabia contenida, arrugo la nota y la arrojo al suelo.
Chris alarmado me dice:
-¿Qué sucede? ¿Quién te escribió la nota?
-el maldito de Wesker. ¿Acaso no lo habías eliminado junto con Sheva y Jill?
-si. Dice mientras recoge del suelo el papel y lee la nota. –pero cómo si yo mismo lo maté, y veía cuando estaba muriéndose el maldito desgraciado.
-Wesker siempre sabe como volver a la vida, y fastidiarnos.
-pero aquí dice, que te está amenazando nuevamente de muerte. Pero no entiendo esta parte que dice, “te golpeare donde más te duele”.
-yo tampoco, pero hay que estar alerta ante cualquier situación.
Son las 10 y 45 de la mañana del día siguiente, estoy hablando con Chris, y tocan la puerta. Ambos nos miramos extrañados, él se pone de pie y abre la puerta, quiero inclinarme para ver quién es, pero el dolor en mi abdomen no me lo permite.
Chris queda parado en la puerta y la entrecierra. Después de la nota que me habían mandado fue enviada a las autoridades, se opto por la máxima seguridad en mi habitación.
Vuelven a abrir la puerta, pero no era él quien entraba sino que era aquella persona que no me esperaba.
Selena entra por la puerta y me abraza. No me explicaba cómo estaba ahí solita.
-¿Qué haces aquí? –le digo en español. – ¿viniste sola?
-no, mi tía, Nabila está afuera hablando con un señor.
Entran unos oficiales que custodiaban la puerta de la habitación, y quieren sacar a Selena. Pero les digo que era una conocida, que podían retirarse.
Selena era una niña con mucha confianza, y se sienta en mi cama. Con mucha curiosidad dice:
-¿Qué es esto?
Toma un aparato que se encuentra anexado a mi dedo y lo quita, ese era el dilatador.
Por unos minutos estuve muerto, eso activo como una especie de alarma. Chris junto con los de seguridad abren la puerta para ver si había ocurrido algo.
Y se percatan de que ella está sentada junto a mí, luego la tierna Selena los mira por unos segundos.
La miro con cierta ternura y le digo:
-¿Cómo supiste que estaba aquí?
-no lo sé, llamaron a Nabila y vinimos para acá.
Me mira con sus ojos llenos de dulzura y me dice:
-quiero mirar la televisión. ¿Aquí no hay televisión?
-claro que hay.
Abro un cajón de la mesita auxiliar, y saco el control remoto, le digo:
-¿lo sabes manejar?
-en casa, soy la dueña del control.
Pero sin querer pone video, seguido ese acto le digo:
-acaso no me dijiste que eras la dueña del control en tu casa.
- si, pero este control es nuevo, ¿Cuál es para cambiar?
Mientras se lo enseño, me doy cuenta de que le había tomado mucho cariño a aquella niña, de 12 años que se sentaba junto a mí.
De pronto se me vienen las palabras de Chris a la cabeza, recuerdo cuando dijo “pero aquí dice, que te está amenazando nuevamente de muerte. Pero no entiendo esta parte que dice, “te golpeare donde más te duele”. Y pude comprender, que eran ellas dos las que estaban en peligro. Le acaricie el cabello a Selena, para no alarmarla.
Pero de pronto entra Nabila, se acerca a mí y me dice:
-¿Qué sucedió?
Miro a sus ojos verdes, y le digo:
-tienes que irte.
-¿Por qué si acabo de llegar?
-estás en peligro, vete, los Estados Unidos no es un lugar seguro para ti, y menos para ella.
-Leon ¿Qué estás diciendo?
Acaricio un mechón de su cabello, y le cuento acerca de quién era Wesker, lo que había hecho y la nota que me mando.
-y eso ¿Qué tiene que ver con nosotras?
-Nabila, yo les tengo a ambas mucho cariño. Tanto a Selena como a ti, un gran afecto. Y es peligroso de que estén aquí, conmigo.
Acto seguido entra Chris a la habitación y dice:
-no tienes por qué preocuparte por ella.
Confundido le pregunto:
-pero, ¿Por qué?
-Nabila es un miembro del BBSA de Sudamérica, no tienes porque afligirte.
La miro confundido, y le digo:
-¿Por qué no me has dicho nada?
Ella mira a Chris y luego me mira a mí, quería decirme algo pero sus palabras se ahogaban antes de salir despedidas por sus labios. Puedo observar que le dice algo a Chris al oído, y luego él le llama a Selena para ir afuera.
La tierna niña me da un beso en la mejilla y se marcha. Me quedo a solas con Nabila en la habitación, ella se sienta al lado mío y dice:
-iba a decírtelo pero me había olvidado por completo, lo siento.
Ella agacha la cabeza, la tomo por el mentón y miro la profundidad de sus ojos verdes.
-está bien. No te culpes. Aunque no voy a negar que esté un poco enfadado contigo, pero eso no importa.
Me percato de que comienza a acercarse en dirección a mis labios, pero cuando esta por besarme nuevamente, entra Selena corriendo y en sus manos tenía un bombón. La tierna niña me lo obsequia y dice:
-te lo doy para que te mejores más rápido.
Cuando me lo entrega, me dice:
-¿ya estás mejor?
-aun no. – le digo tiernamente.
Entonces vuelve a quitármelo, y se lo come. Nabila mira a Selena y se sonríe.
Los días pasaron y mi recuperación era más rápido de lo que creía, y en menos de lo que pensaba ya había salido del hospital.
Antes de irme de ese lugar, Nabila se sienta a mi lado y me dice:
-debo irme a argentina.
-pero, ¿Por qué? Si no te he echado.
-debo llevar a Selena con su madre.
-pero ella no la extraña.
-pero su madre si.
-pero vas a volver, ¿no?
-no lo sé, tengo trabajo allá en argentina.
La miro a sus ojos, y luego observo sus labios por última vez. Porque no sabía cuando la volvería a ver.
Se pone de pie, y me paro junto con ella.
-hasta pronto Kennedy.
Me extiende la mano, para darme un saludo cortés pero, la estiro del brazo y la tomo del cuello, comienzo a besarla, ella se sorprende pero luego pone ambas manos detrás de mi cuello.
Me aparta de sus labios muy despacio y me dice:
-ya tengo que irme, Me dice y luego se marcha.
Solo espero volver a verla una vez más.
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