"Lo mejor de la vida no se planea, simplemente sucede"
Seguimos hablando por
varios meses y la confianza era cada vez más, sentía que mi corazón se
enamoraba cada vez mas de ella la sentía completamente mía. Pero un
desafortunado suceso nos golpeo a ambos.
A comienzos de Octubre
para ser exactos, Isabella se presento en unos mensajes llorando mandándome
audios en donde me decía que un hombre con el que estaba saliendo, le había
mentido diciéndole que no tenía mujer y que posiblemente, ella estaba
embarazada.
Todo mi mundo se había
desplomado como un castillo de naipes, no podía creer lo que estaba
aconteciendo. Empezamos a discutir y le empecé a reclamar sobre que estaba
pensando cuando lo hizo, pero entre el cólera y la rabia que sentía, en un
instante me puse en sus zapatos.
Me había puesto en su
lugar, me dio coraje, frustración, me dije a mí mismo “porque carajos no estoy allá,
para que sepa lo que siento por ella”, la maldita cobardía no me dejaba
expresar todo aquello que me carcomía el alma, pues temía a no ser
correspondido, ¡Mierda! Me cargaba el diablo en ese momento.
Pero, luego cuando me
dijo explícitamente con palabras, que posiblemente estaba embarazada de aquel
tipo, me dije a mí mismo y se lo dije a ella, no importa con todo e hijo, no me
importa. Tardaré un poquito en llegar a ella pero no interesa con todo e hijo
me quedo, si voy a querer a la mamá con todo y pollito, no me importaba nada.
Y la verdad
sinceramente, por mi no hubiera ningún inconveniente, pero solo había sido un
atraso. Aunque hubiera estado embarazada le hubiera dicho, “espera no lo
registres, o registra al niño con tu apellido y yo luego darle mi apellido
cuando estemos juntos, quiero que ambos se queden conmigo”.
A partir del 7 de Octubre del 2018, cuando
formalizamos, todo se fue dando gradualmente y por fortuna fui correspondido,
más que correspondido fui feliz porque tengo la dicha de poder seguir hablando
con ella, hemos tenido nuestras broncas, nuestras peleas pero jamás nos
dejamos.
Y la verdad es que no,
no quiero dejarla ya, no se me ira esta vez. Los otros argumentos que utilice
para mantenerla distante, pues obviamente era la edad, el tiempo, la
inseguridad, ¿qué va a pasar si se aburría?
Le he puesto muchas
trabas, y a todas ah sabido derrumbarlas con mucho amor, enojándose, explotando
muchas veces. Ella me ha puesto un… “estate quieto”, como quien dice.
Y logre anclar mi corazón en el mar de su
vida, quedándome prendado en sus ojos, enredándome en su hermoso cabello.
Gradualmente fuimos resolviendo este amor, reconocerlo a ambos como tal.
Ya con el tiempo las
primeras comunicaciones que Isabella tuvo con mi madre, fue como que todo encajara
perfectamente en mi vida, y como mi madre había reaccionado a ella, la verdad
me trajo mucho alivio.
No sé, ahora mismo
estoy alucinando con toda esta historia de amor que estoy plasmando en estas
líneas, yo me enamore y yo mismo me resistí, así de sencillo. Y a estas alturas
no quiero perderla, y ahora que la tengo en mi vida, no quiero que se vaya.
Desde que la conozco he
hecho todo lo posible para estar bien con Isabella, pero también he hecho todo
lo imposible como contarle más de mi vida, como tratar de alejarla más de mi y
que vea en mí mis defectos, lo que dio como consecuencia que se haya aferrado
mucho mas a mí.
Isabella me ha vuelto
otro, no soy el Alejandro de antes, ya me quiero un poco más, me cuido un poco
más, procuro al máximo estar bien, ya no angustiarme, de caer en la depresión
de que va a pasar conmigo o la impotencia de el futuro de mi vida.
Mi palomita, Urpi Killari…
Basado
en una historia real – 7/10/18.-