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jueves, 30 de mayo de 2019

120 días - Dos simples palabras "Te amo" (Parte Final)


"Lo mejor de la vida no se planea, simplemente sucede"

Seguimos hablando por varios meses y la confianza era cada vez más, sentía que mi corazón se enamoraba cada vez mas de ella la sentía completamente mía. Pero un desafortunado suceso nos golpeo a ambos.
A comienzos de Octubre para ser exactos, Isabella se presento en unos mensajes llorando mandándome audios en donde me decía que un hombre con el que estaba saliendo, le había mentido diciéndole que no tenía mujer y que posiblemente, ella estaba embarazada.
Todo mi mundo se había desplomado como un castillo de naipes, no podía creer lo que estaba aconteciendo. Empezamos a discutir y le empecé a reclamar sobre que estaba pensando cuando lo hizo, pero entre el cólera y la rabia que sentía, en un instante me puse en sus zapatos.
Me había puesto en su lugar, me dio coraje, frustración, me dije a mí mismo “porque carajos no estoy allá, para que sepa lo que siento por ella”, la maldita cobardía no me dejaba expresar todo aquello que me carcomía el alma, pues temía a no ser correspondido, ¡Mierda! Me cargaba el diablo en ese momento.
Pero, luego cuando me dijo explícitamente con palabras, que posiblemente estaba embarazada de aquel tipo, me dije a mí mismo y se lo dije a ella, no importa con todo e hijo, no me importa. Tardaré un poquito en llegar a ella pero no interesa con todo e hijo me quedo, si voy a querer a la mamá con todo y pollito, no me importaba nada.
Y la verdad sinceramente, por mi no hubiera ningún inconveniente, pero solo había sido un atraso. Aunque hubiera estado embarazada le hubiera dicho, “espera no lo registres, o registra al niño con tu apellido y yo luego darle mi apellido cuando estemos juntos, quiero que ambos se queden conmigo”.
A partir del 7 de Octubre del 2018, cuando formalizamos, todo se fue dando gradualmente y por fortuna fui correspondido, más que correspondido fui feliz porque tengo la dicha de poder seguir hablando con ella, hemos tenido nuestras broncas, nuestras peleas pero jamás nos dejamos.
Y la verdad es que no, no quiero dejarla ya, no se me ira esta vez. Los otros argumentos que utilice para mantenerla distante, pues obviamente era la edad, el tiempo, la inseguridad, ¿qué va a pasar si se aburría?
Le he puesto muchas trabas, y a todas ah sabido derrumbarlas con mucho amor, enojándose, explotando muchas veces. Ella me ha puesto un… “estate quieto”, como quien dice.
 Y logre anclar mi corazón en el mar de su vida, quedándome prendado en sus ojos, enredándome en su hermoso cabello. Gradualmente fuimos resolviendo este amor, reconocerlo a ambos como tal.
Ya con el tiempo las primeras comunicaciones que Isabella tuvo con mi madre, fue como que todo encajara perfectamente en mi vida, y como mi madre había reaccionado a ella, la verdad me trajo mucho alivio.
No sé, ahora mismo estoy alucinando con toda esta historia de amor que estoy plasmando en estas líneas, yo me enamore y yo mismo me resistí, así de sencillo. Y a estas alturas no quiero perderla, y ahora que la tengo en mi vida, no quiero que se vaya.
Desde que la conozco he hecho todo lo posible para estar bien con Isabella, pero también he hecho todo lo imposible como contarle más de mi vida, como tratar de alejarla más de mi y que vea en mí mis defectos, lo que dio como consecuencia que se haya aferrado mucho mas a mí.
Isabella me ha vuelto otro, no soy el Alejandro de antes, ya me quiero un poco más, me cuido un poco más, procuro al máximo estar bien, ya no angustiarme, de caer en la depresión de que va a pasar conmigo o la impotencia de el futuro de mi vida.
Mi palomita, Urpi Killari…

Basado en una historia real – 7/10/18.-

miércoles, 29 de mayo de 2019

120 días - Una segunda oportunidad (Parte 4)


HISTORIA BASADA EN HECHOS REALES

"Si tuviera la oportunidad de encontrarte lo haría mucho antes de conocerte..."

Después de bloquearla en WhatsApp me preguntaba como ella estaría, como había reaccionado ante mi osadía, que pensaba. Las preguntas, preguntas de todo tipo me acechaban los pensamientos.
Me moría de ganas de hablarle, de mandarle mensajes, de decirle que la amaba, de acercarme a ella nuevamente, como fuera, aceptaría cualquier condición que me pusiera.
Me empecé a sentir solo, sentía un vacio en mi corazón, no podía ni concebía concentrarme en mis quehaceres cotidianos, recordaba nuestros mensajes, sus fotos. Recordaba lo coqueta que era, lo atrevida, lo lanzada que era Isabella, sus palabras, lo aventurada que era, no le importaba lo que pasaba mañana le importaba el ahora aprovechaba al máximo cada segundo sin desperdiciar nada. Me daba mucha confianza de hablar de todo, y luego me cortaba y me dejaba en el aire navegado en el espacio, me decía a mí mismo, sabe como elevarme y soltarme, sabe cómo tratarme, que mala es.
Lo supo hacer muy bien, me enamore como estúpido y en ese momento no estaba en comunicación con ella. Ambos estábamos ausentes uno del otro.
En el lapso de su ausencia en mi vida, me puse a recordar, reflexionar, calcular y pensar. En todo lo que me había dicho Isabella, como volver a estudiar, en como progresar y salir de esa vida estancada en la que me encontraba. Me puse a pensar como había superado todas sus batallas, sus guerras internas, sus pruebas. Era como un boomerang, todo había vuelto a mi cabeza, no podía huir ya de ella y de su belleza externa e internamente.
Estaba negado absolutamente todo, luego de haberme resistido, todas esas cosas regresaron con mucha más fuerza y no podía dejar de pensar en Isabella, de ahí en adelante ya no.
Pero aun tenía el numero de Raquel, quiero hacer un paréntesis, Raquel es la amiga de Isabella ambas viven en el mismo país, ambas se conocen.
En ese instante le escribí a Raquel, y me dije voy a preguntar por ella a ver como se encuentra, lo cual la conversación se resumió de la siguiente manera:
-Hola Raquel ¿cómo estás?
-Hola Ale, bien ¿y tú?, sabes estoy yendo a la iglesia.
-Oye quisiera saber cómo esta Isabella.
-Ah ella está, está bien.
-Ah ya, gracias. – ya para regresar de aquel suceso me sentí terrible, muy mal.
Me sentía una mierda por dentro, me decía a mí mismo, ya la deje escapar, ya se fue de mi vida y ahora empecé a hablar de ella.
No sé si Raquel alguna vez le dijo a Isabella pero, nuestra conversación, era hablar de Isabella todo el tiempo. Ya ni siquiera preguntaba cómo estaba Raquel iba al grano preguntar por Isabella.
Unas semanas habían pasado, e Isabella volvió a hablarme. La sentí muy rara y no era para menos, la sentía indiferente, y molesta, muy molesta, cambiada para ser mas explicito.
Comenzamos a hablar nuevamente y aquella paz, aquel amor había regresado como el calor regresa en cada verano.

martes, 28 de mayo de 2019

120 días - "Esto no puede seguir..." (Parte 3)



HISTORIA BASADA EN HECHOS REALES

"Bajo la misma luna..."

Los días pasaron y conforme fueron pasando nos volvimos más cercanos, más íntimos, ella era la sal de mi vida, el limón de mi ceviche.
Me gustaba que me hiciera preguntas y yo responderlas con sarcasmo, yo también le hacía preguntas un tanto privadas que solo ella podía responderme, que no se veían en su vida cotidiana, cosas un tanto íntimas. Amaba hacerla reír, provocarle la risa, eso era lo que yo buscaba con cada audio que le enviaba.
Entre aquellas preguntas, una mañana, decidida a todo Isabella comienza a presionarme con respecto a mi relación con la mujer con la que convivía. La note muy insistente y un poco extraña, algo raro había en ella ese día.
Mis palabras fueron lapidarias, le comente como era que aquella mujer usaba su enfermedad como excusa para todo, inclusive en nuestras discusiones la usaba como motivo. Que ya no quería hacer el amor conmigo pues su misma enfermedad había adormecido todo en ella, que tuve que reprimir mi impulsos masculinos hasta lo más profundo de mi ser. Lo describí como un verdadero infierno, podía hablar con ella horas y horas, me sentía cómodo, no me sentía más solo. Sentía que había alguien a quien le importaba todo de mí, no solo mi vida sino absolutamente todo.
No esperaba una reacción menor como la que tuvo ella ese día, “Esa mujer te está manipulando”, “Que haces en México, porque seguís ahí, porque no volvés a Perú junto a las personas que te aman”, “porque no piensas en tu futuro, en si quieres seguir estudiando. Acaso no te gustaría volver a ver tu familia, ¿no quieres tener hijos? No desperdicies tu vida Alejandro en esa relación”, palabras que me dejaron pensando detenidamente en mis padres y leerla a ella con su cólera sobresaltando por doquier, diciéndome que reaccionara que estaba echando a perder mi vida en esa relación en la que estaba.
Veía su foto y su corazón reflejado entre líneas, y el humanismo que poseía aquella mujer de 26 años, era casi imposible creer tanta madurez, tanto criterio y discernimiento en una sola alma. Que me estaba pasando, sentía que algo en mi había cambiado, algo raro en mi iba cambiando mientras ella mas se preocupaba por mi y mas regañaba.
-No puede ser… -Me dije a mi mismo, pensé en muchos determinantes del porque me sentía así. Pero vino a mí, una sola palabra,  “enamoramiento”.
Comencé a resistirme tanto como pude a ese sentimiento, no podía creer que eso me estuviera pasando a mí, que me caracterizo por usar mi sentido común tanto como mi buena lógica. ¿Qué era lo que en realidad estaba pasándome?
Los días siguieron pasando, y mis “no” eran rotundos, no quería enamorarme, no quería sentir nada por aquella mujer, esto no era para mí, y comencé a batallar con mi yo interior, el corazón y la razón pelearon una batalla sin fin en ese transcurso de tiempo.
Entonces trate de deshacerme de ella, de Isabella, solo quería que se largara, que se fuera le hable de mi vida más profundamente pensando que si le contaba sobre mis defectos más que mis virtudes, ella se espantaría y huiría por sus propios medios sin tener que dejar víctimas en esta relación cautiva que estaba afianzándose en mi caprichoso corazón. Pero fue la decisión más estúpida que tuve, pues ella se aferro más aun a mí. No quería que ella se quedara, pues hay miedo de parte mía, inseguridades, me estoy resistiendo a algo que no quiero, porque no considero que no es viable, he pasado por tanto que no quiero otra vez pasar por lo mismo, estoy bien así como estoy, con la vida que tengo para que más.
Lo sé que sonara un tanto conformista pero ese Alejandro era mi antiguo yo y así sonaba.
Yo pensaba que con esta simple decisión totalmente “acertada” de mi parte, este sentimiento que iba acrecentándose dentro de mí, iba a tener un fin. Pero desafortunadamente dentro de mi ser iba creciendo más, mucho más. No podía evitarlo.
Y paso lo inevitable, en el transcurso del día ella me envía una imagen diciéndome “Te quiero, moreno”. Luego, días después, otra imagen con su fotografía y un emoji de un corazón diciendo “Te amo mi moreno”, y me quede así, atónito. No puede ser, no quiero, me resistía mucho más, esto no es para mí. Y pues, ya no pude evitarlo mas, caí rendido, estaba enamorado de Isabella.
Un cierto día, comencé a idear un plan, en como poder deshacerme de ella, de Isabella. Puedo aun traer a la memoria que una noche, nos pusimos a discutir por un asunto que aun no logro recordar con firmeza, entonces en medio de la discusión trataba de pensar cómo fue que me enamore de ella, qué había pasado, qué hago, por qué me pasa esto, tanto resistirme para nada. Discutimos, y tratando de idear una excusa cobarde y a la vez a la defensiva de parte mía, dije, esto no tiene ni pies ni cabeza, esto me va a hacer sufrir, muchos argumentos estúpidos.
Que mejor que aprovechar aquel momento, de discusión y falta de concordancia, estaba molesto conmigo mismo, resistiéndome y tome una decisión terminal. Aun recuerdo el mensaje que envié, el cual fue algo así.
-No, esto no puede seguir, y por mi bien y por tu bien, por el bien de los dos. –la bloquee y una parte de mi se fue con ella, en ese instante.

lunes, 27 de mayo de 2019

120 días - Una amazona llamada Isabella (Parte 2)


Lo único que se me ocurre es amarte…”

HISTORIA BASADA EN HECHOS REALES

Busque su foto por medio de Google, ya que parecía un tanto falsa, pensando que usurpaba la identidad de otra persona, nuevamente apoderándose de mí aquella desconfianza, mi vieja amiga de siempre. Pero efectivamente no había relación alguna con otra persona y la foto de aquella “niña de ojos verdes”, era original quedándome mucho mas impresionado, exclamé internamente hacia mí, “Esa mujer será mi esposa y la madre de mis hijos”.
Mi primera impresión hacia sus insultos y comportamiento estúpido deduje que era una persona vacía de mente, tarúpida, imprudente, inmadura, la típica jovencita que le gusta hacer amistades y tener “amiguitos” virtuales por todo el mundo. Nuestra conversación se resumió entre el siguiente dialogo:
-¿Por qué te saliste? Acaso eres cobarde, y no puedes enfrentarme. –Respondió sin mediar palabras.
-Tranquilo Isidro, vete a jugar Minecraft y escuchar a Bad Bunny. –Lo cual provoque la ira de aquella mujer temperamental.
Inmediatamente, ella me mando vulgarmente e insultándome a un lugar no muy agradable. Nuevamente con mi humor acido y característico le dije.
-No gracias, ya volví de tu casa y la verdad no me agrado en lo absoluto. –Nuevamente siguió insultándome con adjetivos que sinceramente no provocaban nada a mi prolongada lista de insultos.
-Mejor vete a llenar ese vacío podrido que tienes, y sigue metiéndote a tus grupos de WhatsApp o mejor aun has algo productivo con tu vida, y deja de estar molestando a personas que realmente están ocupadas. –Su lengua era filosa y tajante al expresar sus palabras, mas su ira no mermo.
-Mejor me voy porque estoy gastando mi valioso tiempo y mi preciosa saliva con un ser tan insignificante como vos. –Me reía antes sus insultos pues parecían palabras y canciones de niños.
Pero aquel vendaval de insultos y palabras hirientes no mermo, iba acrecentándose con fuerza, seguía aun tratándola como un masculino, hasta que totalmente hartada me retruca.
-NO SOY UN HOMBRE, SOY UNA MUJER. –Mis palabras mermaron de tono y las suyas también.
Y a partir de ahí la conversación se torno mas empática y amena, entre usted y yo, les seré sincero lo tome como un juego, un divino y perfecto juego, el cual no tenia heridos ni víctimas. Yo era el jugador y movía las piezas a mi antojo, y ella sucumbía a mis movimientos, pero como saberlo, que el jugador pasaría a ser una pieza más del juego del amor.
Su vida, al igual que la mía, fue un tanto desacertada, casada con tan solo 21 años, matrimonio joven con un ser despreciable que la golpeaba y la había embarazado, aun así, con el fruto en su vientre creciendo, los golpes no cesaron.
Relataba entre lágrimas tristes y ahogadas, la muerte de su pequeño hijo aun en los seis meses y medio de gestación. Sentía que esas palabras movían y abrían viejas heridas, podría ser acaso, ¿qué aquella mujer tuviera una vida tan similar a la mía?
Mas la escuchaba más me sorprendía, me conto que venció un cáncer degenerativo de piel, que había estudiado para ser Chef, que luego de pelear enormemente consiguió llegar a su sueño más anhelado, paro de hablar en un solo instante e imaginándome una dulce voz me pidió que le relatase la mía. Le dije que era un tanto similar, que había perdido dos hijos y que mi futura mujer me había sido infiel encontrándola con otro hombre en nuestra cama, en nuestra casa, y yo volviendo de trabajar.
Le dije que en una serie de desaciertos, luego de aquel suceso, la vida no, pues ella no tiene la culpa. Debido a mi toma de decisiones erróneas, el destino me llevo a México, a vivir una relación sin amor con una mujer que me tocaba poco y nada, que no quería darme hijos, que no quería vivir, que tenía una enfermedad crónica bastante grave, la Diabetes.
Hablamos por una buena cantidad de horas aquella noche, no le había dado muchos detalles de mi vida pues aunque me daba cierta confianza creo que aun no estaba lista para ciertas cosas. Se fue a dormir aquella noche y me quede analizando y releyendo nuestra conversación.

domingo, 26 de mayo de 2019

120 días - Tu y las nubes (Parte 1)


HISTORIA BASADA EN HECHOS REALES 

“Recuerdo aquel día, como si fuera hoy,
No hay nada como ella, ni siquiera me encontró…
Recuerdo todavía, la vez que la conocí,
Es mi primer amor y ahora escribo nuestra historia…”
20:51 Hs. 24/05/2019

No es muy caballeroso de mi parte comenzar esta historia sin antes presentarme, me llamo Alejandro Arias y tengo 35 años,  soy un tanto desconfiado del entorno que me rodea. Pues la vida me ha dado tantas experiencias que me ha enseñado lo suficiente como para tomar decisiones drásticas.
Tengo un trabajo modesto, y trato de ayudar a mi familia que reside en Lima, Perú, yo por mi parte, vivo en México D.F., al cabo de malas decisiones que tomé en el transcurso de mi joven vida. Malas tras malas decisiones, la vida me enseñó a no confiar, ni mucho menos a fiarme de mi alrededor.
Pues así estoy, ahora trabajo en mi turno nocturno y haciendo amigos a través de “Internet”, pues no quiero sonar un tanto patético, pues me siento solo, y además estoy aburrido. Acabo de hacer una amistad un tanto agradable, la joven se llama Raquel y acaba de ponerme en su grupo de WhatsApp “Amistad y música”, es sobre música electrónica, la verdad conozco poco y nada de ese género musical.
Acabo de reportarme en el grupo dándome a presentar y dando las gracias a aquella agradable joven por haber sido tan amable y gentil conmigo, pero un chico acaba de ser grosero conmigo, un tal “Isi”, supongo que debe llamarse Isidro y por su acento presumo que es argentino. Es bastante mal educado me acaba de llamar “Chupa media”.
Pues le respondo de la misma forma, con otra agresión, le digo, “mejor vete y sigue jugando con tu juego de Minecraft”. Me siento empoderado, al tratarlo de niño rata, para evitar conflictos me salgo de ese grupo y sigo interactuando en otros grupos, mientras veo un reportaje geopolítico de Europa del ESTE, “la caída del Comunismo”.
No habían pasado 15 minutos, y el video se detiene porque aparece una notificación de un mensaje de WhatsApp en medio de la pantalla y puedo notar que es un número de Argentina, ya mi hermano radicaba en Mendoza. Pero no fue así, ese muchacho “Isidro” estaba enviándome un mensaje privado, que en realidad resulto siendo una mujer, una mujer bastante bella. Voy directamente a su foto de perfil y la veo, una hermosa mujer de ojos verdes, tez blanca como la nieve y sus cabellos castaños como el roble. Mas parecía una modelo que una mujer común y corriente (pichirruchi), automáticamente quede embelesado, cautivado por su belleza, existirá otra palabra para describir lo tonto que me sentía en ese momento, su nombre era Isabella Venturi, a partir de ese momento Isabella fue una parte indispensable de mi vida.