HISTORIA BASADA EN HECHOS REALES
"Si tuviera la oportunidad de encontrarte lo haría mucho antes de conocerte..."
Después de bloquearla
en WhatsApp me preguntaba como ella estaría, como había reaccionado ante mi
osadía, que pensaba. Las preguntas, preguntas de todo tipo me acechaban los
pensamientos.
Me moría de ganas de
hablarle, de mandarle mensajes, de decirle que la amaba, de acercarme a ella
nuevamente, como fuera, aceptaría cualquier condición que me pusiera.
Me empecé a sentir
solo, sentía un vacio en mi corazón, no podía ni concebía concentrarme en mis
quehaceres cotidianos, recordaba nuestros mensajes, sus fotos. Recordaba lo
coqueta que era, lo atrevida, lo lanzada que era Isabella, sus palabras, lo aventurada
que era, no le importaba lo que pasaba mañana le importaba el ahora aprovechaba
al máximo cada segundo sin desperdiciar nada. Me daba mucha confianza de hablar
de todo, y luego me cortaba y me dejaba en el aire navegado en el espacio, me
decía a mí mismo, sabe como elevarme y soltarme, sabe cómo tratarme, que mala
es.
Lo supo hacer muy bien,
me enamore como estúpido y en ese momento no estaba en comunicación con ella.
Ambos estábamos ausentes uno del otro.
En el lapso de su
ausencia en mi vida, me puse a recordar, reflexionar, calcular y pensar. En
todo lo que me había dicho Isabella, como volver a estudiar, en como progresar
y salir de esa vida estancada en la que me encontraba. Me puse a pensar como
había superado todas sus batallas, sus guerras internas, sus pruebas. Era como
un boomerang, todo había vuelto a mi cabeza, no podía huir ya de ella y de su
belleza externa e internamente.
Estaba negado
absolutamente todo, luego de haberme resistido, todas esas cosas regresaron con
mucha más fuerza y no podía dejar de pensar en Isabella, de ahí en adelante ya
no.
Pero aun tenía el numero
de Raquel, quiero hacer un paréntesis, Raquel es la amiga de Isabella ambas
viven en el mismo país, ambas se conocen.
En ese instante le
escribí a Raquel, y me dije voy a preguntar por ella a ver como se encuentra,
lo cual la conversación se resumió de la siguiente manera:
-Hola Raquel ¿cómo
estás?
-Hola Ale, bien ¿y tú?,
sabes estoy yendo a la iglesia.
-Oye quisiera saber
cómo esta Isabella.
-Ah ella está, está
bien.
-Ah ya, gracias. – ya
para regresar de aquel suceso me sentí terrible, muy mal.
Me sentía una mierda
por dentro, me decía a mí mismo, ya la deje escapar, ya se fue de mi vida y
ahora empecé a hablar de ella.
No sé si Raquel alguna
vez le dijo a Isabella pero, nuestra conversación, era hablar de Isabella todo
el tiempo. Ya ni siquiera preguntaba cómo estaba Raquel iba al grano preguntar
por Isabella.
Unas semanas habían
pasado, e Isabella volvió a hablarme. La sentí muy rara y no era para menos, la
sentía indiferente, y molesta, muy molesta, cambiada para ser mas explicito.
Comenzamos a hablar
nuevamente y aquella paz, aquel amor había regresado como el calor regresa en
cada verano.
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