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jueves, 13 de junio de 2019

¿Que irónica es la vida?


Datos de la Escritora: "Quisiera dar las gracias a la autora original en conjunto por haberme cedido su obra M.I (Coloco sus iniciales por una cuestión de protección de su identidad), muchas gracias."

Aurora de tan solo 30 años, vivió en un pequeño pueblito de Italia, llamado La Toscana. Una profesional célebre, graduada a los 25 años y verla convertirse en una abogada de renombre, es un orgullo contar su historia.
Ciertamente nadie sabe lo que ha vivido antes de llegar a su meta tan añorada, podemos decir que ha llevado un pasado bastante complejo. La mayoría de las personas  dicen: ¿Qué es para ti la vida? ¿Acaso te imaginas a tu corta edad lo que es? Podríamos pasar toda esta narración exponiendo los interrogantes, pero he aquí les voy a contar.
No recuerdo el día en que la conocí, y allí estaba, sentada bajo un hermoso árbol de olivo con un pañuelo en la cabeza sobre en una silla de ruedas, habíamos hablado un par de veces, yo era nada mas que un simple enfermero, un día me llamo para que la acompañase porque sentía que su tiempo llegaba al fin.
-Mauricio, déjame contarte algo. De muy joven, con tan solo 5 años, mi vida cambio bruscamente dándome golpes muy duros, deje de ser una niña frágil la cual jugaba con muñecas para convertirme en una adulta precoz, sinceramente, no entendía nada. Repentinamente nos tuvimos que ir a la casa de un pariente, mi mamá había enfermado y debió viajar para realizar su tratamiento; sufría del corazón. Deje la escuela por varios días, cosa que echaba de menos, éramos mis 2 hermanas y yo orando a Dios para que nuestra mamá volviera con nosotros.
Hizo una breve pausa y llenándose aquellos ojos negros de lágrimas prosiguió.
-No terminaba de entender porque aquella persona nos hacía levantar a las 6 de la mañana para realizar las tareas domésticas y no dejarnos ir a la escuela. Pasó el tiempo, un hermoso día soleado sollozando y barriendo con una escoba de paja pedía que mi madre se sanara y estuviera con nosotros. Fue algo increíble, fue como si todas mis oraciones habían sido contestadas en un solo instante, escuche un silbido y mi nombre. Y ahí estaba ella, con su hermoso cabello radiante como siempre. Mi madre.
-Volviste. –le dije, en ese momento la abracé con todas mis fuerzas hasta lograr escuchar su corazón y ese perfume angelical irremplazable. Tiempo después se repetiría  la misma historia.
Ese día, caluroso por cierto, salía de mi casa para ir a la escuela cuando estaba llegando a la puerta suena el teléfono, quede inmóvil, con un nudo en la garganta, era mi padre lo llevaron de urgencia al hospital porque había sufrido un pre-infarto. Estuvo varios días internado hasta su recuperación. Nuevamente debí volverme fuerte para levantar los brazos de mi madre y hermanas.
Bebió un poco de agua pues su garganta y aquellos labios rojos se secaban, ante los acontecimientos que relataba con la voz entre cortada, nuevamente prosiguió.
-Después de tantos infortunios. Seguí adelante, me gradué de preparatoria y entre a la universidad logrando obtener mi titulo de Abogada. Había comenzado a trabajar como asistente de otra abogada, al principio estaba feliz porque había logrado mi sueño, obteniendo experiencia y conociendo el mundo laboral, tiempo después en mi trabajo las complicaciones llegaron. Me volví adicta al mismo y eso lamentablemente repercutió en mi salud.
La verdad no me había dado cuenta solo sabía que todos mis alimentos, mi cuerpo los rechazaba pero eso no era impedimento, seguía con esa misma pasión, no existía familia, amigos, compañeros, salidas de ocio, solamente trabajo en donde descansaba 5 horas al día. –Concluyó, y la lleve a su habitación sin decir palabra alguna.
 Hace un año entro a la clínica de oncología, la enfermedad había avanzado violentamente, quien imaginaria que a los 29 años de su vida pasaría por otra situación más.
Los profesionales le diagnosticaron cáncer de hígado, le sugirieron quimioterapia o trasplante. Ese día había estado ahí, ella con su sonrisa radiante dijo que lucharía cada día como si fuera el último. En este largo camino le toco caminar junto a su familia; varios meses de días soleados y grises. El cáncer había hecho metástasis, ya no había nada que hacer, solo esperar.
Poco tiempo de cumplir sus 30 años y en la cama de aquella clínica, un día gris, su lucha termino, a pesar de todos sus obstáculos ejerció su profesión. Fue una exitosa Abogada muy reconocida por su labor. Pero el cáncer la arrastro hasta una cama de hospital, su cuerpo físico dejo de existir en ese atardecer esplendido que olía a jazmines. Su fragancia quedo como ejemplo de lucha hasta ese último día.
Tocando su almohada aun recordando sus charlas, susurre al vacio lúgubre de aquella habitación.
-Tú lucha término, ahora descansa, Aurora. –abriendo el cajón de mesita de noche, aun permanecía su libro favorito, “Matando a un ruiseñor”, y dentro del mismo una pequeña frase:
-          Mauricio, si encuentras estas palabras y caen lágrimas de tus ojos, déjame decirte “Que no hay mejor batalla para aquel valiente que no ha dejado de luchar”; “Solo piensa en las cosas felices y veras que todo dolor desaparece”. No dejes de luchar por tus sueños. Vive el momento como si fuera el último. Tú amiga Aurora.

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