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domingo, 30 de junio de 2019

120 dias (La Secuela) - La versión de Isabella Parte 2


Alejandro, el nombre de un amor abandonado.

Mi curiosidad no tenia limites para saber sobre quien era aquel hombre con el que me desvelaba hablando noches y noches incansables por saber más de él. Me puse un tanto insistente a que me contase cosas de su vida personal.
Por misterios de la vida, comenzó a hablarme de sus múltiples defectos que en este momento me causa gracia recordarlos, no sabía qué era lo que pretendía que hiciera… ¿Marcharme? ¿Asustarme? ¿Acaso, huir despavorida? Él no contaba con que me quedara a su lado hasta el último momento.
Seguimos hablando por bastante tiempo, no planeaba enamorarme de Alejandro tan de repente, pero el hecho de siempre estar juntos, día tras día hablar, conocernos, saber las peores cosas uno del otro y no irnos.
Su vida, era bastante terrible para mi parecer, desperdiciada, abatida, acabada. Era como una herida que estaba sanando, venir y sacar esa costra y que volviera a sangrar. Estar con una mujer que no lo amaba, que no le daba su lugar, que no lo trataba y pues, por otra parte, estaba Alejandro. Cansado, entregado al conformismo y a esa vida, me repetía una y otra vez que dejaba las cosas como estaban.
Días por medios teníamos discusiones, porque en repetidas ocasiones le pedí que saliera de aquella vida patética aburrida en la que se encontraba y volviera con las personas que lo amaban, que con ansias esperaban su regreso, pero su obstinación era peor y aun mas así me empecinaba, no iba a dejar que por nada del mundo se siguiera quedando.
Un cierto día, le dije “mi amor”, pero lo había hecho apropósito, quería que viera que había alguien que si lo amaba, que si se preocupaba por él, que si quería su felicidad y verlo desplegar aquellas alas sin plumas y opacas, y así volar alto como un águila al demostrar todo su esplendor.
Le había dicho que fue una “equivocación”, que no lo hice queriendo (pero en realidad si quería hacerlo, lo amaba realmente).
-Estoy en una relación con otra persona ¿eso no te importa? –me dijo temeroso ante lo que iba a responder.
Pues no, no me importaba absolutamente nada, pero algo dentro de mi estaba pasando pues estaba faltando a mis principios morales, estipulados por mí. No creía mis propias palabras, pero realmente no me importaba nada más que Alejandro y su bienestar. De aquel hombre, me atrajo todo, pero mas fue su fragilidad, el sentirse vulnerable y cegado fue lo que hizo que me pusiera tan obstinada y lucharía por él hasta el último de mis suspiros.
Los días seguían pasando y lo esperaba ahí en su chat, le había puesto su nombre, y junto a él un corazón adornándolo. Faltaba mis principios morales, pues me dije muchas veces a lo largo de mi joven e inexperta vida, que jamás iba a estar con un hombre que tuviera otra mujer o un hombre con hijos, pues he aquí, ya había mandado a la mierda aquellos principios. Estaba totalmente dispuesta a asumir todos los riesgos que conllevaban tenerlo a mi lado.

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