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lunes, 11 de noviembre de 2019

Olvido de una Pasión

Háblame de amor;
Cuando los suspiros se conviertan en lagrimas
y el latir tome forma de un mundo gris.
Háblame de amor;
Cuando aquellos besos que imaginaste
se conviertan en un adiós y las luces del alma se apaguen.
Háblame de amor;
Cuando el nudo en la garganta no deje mas
que un solo sabor amargo,
y eso que anhelaste se te escurra como agua entre los dedos.
Háblame de amor;
Cuando mis ojos no vean mas los dibujos en tu piel
y mis oídos no escuchen mas el resonar de tu voz.
Cuando las heridas sean mas profundas 
y sangrantes que las mías.
Recién ahí... háblame de amor.

sábado, 2 de noviembre de 2019

120 dias (La Secuela) - La versión de Isabella Parte 5


Inti de mi vida

Luego de aquel desafortunado suceso pasaron unos cuantos meses pero, la desgracia estaba obstinada en perseguirme.
A finales de agosto y comienzo de septiembre de ese mismo año, había conocido a otro hombre, el cual no nombrare del cual comencé una relación “intima/amorosa”, de la cual Alejandro no sabía, no tenia además porque saberlo el tenia su vida, y yo había decido empezar la mía.
Pero para mi sorpresa, ese hombre no solo me mintió, sino que estaba casado y con hijos. Era un tanto sospechoso por lo que decidí investigarlo, no solamente me sentí usada y sucia y muchos sentimientos más, sino que tenia la leve sospecha de estar embarazada.
Ya no soportaba mas esconderle las cosas a Alejandro y el 3 de Octubre decido contarle todo lo que paso. No me lo esperaba pero él, me había hecho una escena de celos peor que la mía. Falta decir que siempre jugábamos un juego de preguntas y respuestas.
Luego más calmados, es decir, después de los reproches, aclaraciones, volvimos a ser los de antes pues se había puesto en mis zapatos, en cómo me sentía, los miedos que tenia y sus palabras fueron certeras. Y en una sola frase me dijo “si llegas a estar embarazada, yo quiero a ese bebe, quiero que lleve mi apellido”.
Mis ojos automáticamente se llenaron de lágrimas, pues sería mama primeriza. Anteriormente había estado embarazada de mi antiguo matrimonio pero el padre de mi hijo me golpeaba tanto que el niño pereció dentro de mi vientre.
Aquella noche nos quedamos hablando hasta la madrugada pensando e imaginando el nombre de nuestro futuro hijo, le mostré unas ropitas que tenia. Pero la verdad fue develada al día anterior al hacerme el test de embarazo que había salido negativo. No había bebe, ni embarazo, solo había sido un simple atraso.
Entristecida por lo que vieron mis ojos, y el sentirme desilusionada ante la situación, Alejandro trato de animarme.
El 7 de Octubre siendo las 23:45 pm, comenzamos a hacer nuestro juego de preguntas y respuestas de todo tipo. En eso le pregunto ¿estás enamorado de mi? Aun recuerdo su audio de Whats app de 6 minutos, en el que me explicaba que si lo estaba, cuando empezó todo y cuáles eran sus miedos. Le explique que yo no era cualquier mujer que yo era mucho mejor que todas aquellas mujeres que él había conocido, que a pesar de tener 27 años tenía mis ideas muy claras, que ya era una profesional y lo único que quería era formar una familia estable y ser feliz con una persona que me amase de la misma forma en que yo lo hacía. Sabes que te amo, le dije, y que ese sentimiento jamás se fue, quizás disminuyo un poco por la serie de sucesos que tuvimos pero nunca desapareció completamente.
Era como si todo aquel fuego que Alejandro había apagado en su partida, aun quedaban brazas de aquella hoguera, y al poner su retaso de leña, (el decirme que estaba enamorado de mi) volvió a encender aquella pequeña braza que aun no quería apagarse, ese mismo día nos pusimos de novios.
Y es ahora cuando me detengo a pensar, en los pleitos, las discusiones, las idas y vueltas, en todo lo que él fue y es.
Y es cuando me digo a mi misma, de la maravillosa vida que estaba perdiéndome al no tenerlo a mi lado, y aun así, asumo todos los riesgos  que sigo cargándolos amorosamente, pues mi Alejandro lo vale todo, vale esos riesgos y mas, vale las cargas, el peso, las lagrimas de felicidad, el corazón que se me contrae del amor que le tengo, los obstáculos que los pasamos juntos.
Me detengo a no solo escribir como una protagonista mas de esta historia, sino como la verdadera yo. Y se perfectamente que estás leyendo esto “Alejandro”, y solo me basta decirte… te amo… te amo como jamás ame a nadie, te amo en tus enojos, en tus derrotas, en tus defectos y en tus victorias, en tus virtudes, y tus alegrías. Y aunque tengamos broncas y discusiones, peleas y nos odiemos en nuestros peores días, déjame decirte que solo se me ocurre amarte, solo puedo amarte, solo puedo decirte que soy inmensamente feliz cada día a tu lado, cada segundo cada minuto juntos, lo aprovecho al máximo y deseo que nuestros pequeños momentos jamás se acaben, pero el día llega y veo como te vas.
Como si el tesoro más preciado tuviera en mis manos y este se me escurriera como agua entre los dedos. Te amo, ahora y siempre.
 Isabella Venturi.- 27 años.

120 dias (La Secuela) - La versión de Isabella Parte 4


“A que vienes…”

La partida de Alejandro aunque triste marco mi corazón pues por casi un mes no supe de él.
Una hermosa tarde hablando con mis amigas de la escuela primaria, Raquel, me envía un mensaje diciéndome en explicitas palabras que Alejandro le había preguntado por mi y por como estaba.
Y todo aquel enojo, volvió violentamente a mí. “Dile que estoy muerta, que desaparecí que no sabes de mi, que te peleaste conmigo”, en complicidad, Raquel dijo explícitamente mis palabras, pero como siempre no controle mis impulsos y fui a dirigirme a los contactos para enviar un mensaje y efectivamente Alejandro me había desbloqueado.
Y como toda resentida, me puse los pantalones y le dije, “¿Qué quieres?” “¿A qué vienes? Y como siempre hablándome a mi misma decidí imponerme y no volver a caer en sus tretas, quien se creía ese, abandonador, pelagatos, creído, obstinado y varios seudónimos más que expresaban claramente mi enojo por su acción.
Más él se excuso diciéndome que le habían robado su celular y que la persona, quien le robo, había escrito esas cosas tan feas. Uhmmm… costo creerle pero para que el quedara satisfecho, le creí, pero entre ustedes y yo, no le había creído ni una sola palabra a ese maldito mentiroso.
Había decidido darle una oportunidad, una SEGUNDA oportunidad, aun lo seguía amando pero trataba de mantener mi distancia. La verdad no sabía que le había hecho cambiar de parecer y volver así como si nada, y me carcomía la curiosidad.
Obviamente se lo exigí, las disculpas pertinentes, y continuamos como si nada, pues había hecho borrón y cuenta nueva. Pero, manteniendo cierta distancia como lo exprese anteriormente.
Le pregunte que había hecho este tiempo separados, que había cambiado, esperando una respuesta afirmativa, pero me dijo que nada cambio que su rutina diaria continuaba como si nada. Nuevamente mi insistencia porque se fuera de México prosiguió, hasta me da risa recordarlo, porque era bien pesada.
Los meses prosiguieron y ya no nos habíamos separado mas, pero un 14 de febrero del 2018 a la mañana, Alejandro había subido una foto a su estado de Whats app con su “mujer”, por decirlo de una cierta forma.
Pues la bomba arrojada en Hiroshima y Nagasaki fue un chaskiboom a comparación de la furia que sentía en mí. Los reclamos habían empezado suaves y fueron incrementándose en torno a sus respuestas “ESTUPIDAS”
-¿Qué mierda te pasa Alejandro? Esa mujer relativamente está arruinando tu vida y tú te esmeras en escribirle “que gracias a ella que te acompaña, te cuida” ¿Es enserio? –como me había encabronado, no tanto por la foto, sino por las estupideces que decía, siendo que conmigo se quejaba y ahí estaba adulándola como si fuera la heroína de su historia.
No solo lo expreso entre líneas sino, que también se lo dije, textualmente que era un baboso y un ridículo al expresar todas esas estupideces juntas. No sabría cual era su expresión en ese momento, pero sí recuerdo latente la mía, la vena del cuello estaba a punto de explotarme y sentía una impotencia de querer gritarle a esa vieja chancluda todas las verdades a la cara. Y por otra parte a Alejandro… ¡¡¡darle una buena patada en los bajos para que dejase de ser tan imbécil!!! Y que actuase como un hombre de verdad y no ser el baboso de siempre. Mis palabras fueron hirientes al decirle que me iría que no me importaba que la que se lleva la peor parte era yo, que quien socorría ante él era yo, pero era esa “mujer” quien era quien se llevaba todo mi crédito.
Pero a decir verdad un 30% de mis enojos eran mis celos que me cegaban, que eran obvios en mis sentimientos por él. Alejandro me pidió que no me fuera, que lo hacía para que ella no lo sospechara. Pues nada de lo que me decía parecía importarme. Que rabia sentía y siento al recordar esto.

120 dias (La Secuela) - La versión de Isabella Parte 3

Tu despedida, mi melancolía.

Los días habían pasado, la confianza y el lazo que nos unía fue fortaleciéndose con mucha más fuerza. Pero un cierto día, la paz se acabó.
Comenzamos a discutir por algo, que sinceramente no lo recuerdo, pero sus palabras fueron tajantes cual verdugo asesina a su víctima, “Esto no puede seguir, y por mi bien y por tu bien, por el bien de los dos. Había quedado helada ante sus palabras e instantáneamente me bloqueo.
Pero… ¿Por qué? Si yo lo amaba, yo buscaba su bienestar, ¿Qué había hecho mal? Las preguntas abrumaban mi cabeza, y mi vieja amiga la depresión tocaba la puerta de mi corazón, pidiéndome ingresar.
Quería creer que era un sueño, que al otro día Alejandro volvería, pero no fue así. Esa noche siendo las 3 a.m me dormí llorándolo y extrañándolo, pues sus palabras me faltaban y sentía aquel vacio retumbar en mi cabeza, y las preguntas abrumándome. “Urpi Killari”, el seudónimo que me puso una noche cuando le enseñe mi piel por fotos y al ver la blancura de la misma, que traducido del quechua al español significa “Palomita con luz de luna”.
Mis lágrimas se resumieron en mi teléfono y en mi corazón herido y usado por aquel hombre que solo me había enamorado y se había marchado.
Había aceptado que había perdido, había aceptado que Alejandro ya no estaba. Raquel me hablo y pregunto cómo estaba, que Alejandro también la había bloqueado y mis palabras fueron certeras en decir que no quería saber más de aquel hombre, no quería verle ni hablarle mientras se encontrase más lejos fue mejor, que no lo necesitaba para nada. Pero en las noches al sentirme tan sola y acongojada, sobresalían mis lagrimas al recordarlo y verlo en sus fotos, ahogándome en mi propia rabia y tristeza me decía una y otra vez, si tan solo lo tuviera cerca unos minutos le dejaría su rostro rojo de tantas cachetadas.
-El que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen. –me decía una y otra vez, y así fue.

domingo, 30 de junio de 2019

120 dias (La Secuela) - La versión de Isabella Parte 2


Alejandro, el nombre de un amor abandonado.

Mi curiosidad no tenia limites para saber sobre quien era aquel hombre con el que me desvelaba hablando noches y noches incansables por saber más de él. Me puse un tanto insistente a que me contase cosas de su vida personal.
Por misterios de la vida, comenzó a hablarme de sus múltiples defectos que en este momento me causa gracia recordarlos, no sabía qué era lo que pretendía que hiciera… ¿Marcharme? ¿Asustarme? ¿Acaso, huir despavorida? Él no contaba con que me quedara a su lado hasta el último momento.
Seguimos hablando por bastante tiempo, no planeaba enamorarme de Alejandro tan de repente, pero el hecho de siempre estar juntos, día tras día hablar, conocernos, saber las peores cosas uno del otro y no irnos.
Su vida, era bastante terrible para mi parecer, desperdiciada, abatida, acabada. Era como una herida que estaba sanando, venir y sacar esa costra y que volviera a sangrar. Estar con una mujer que no lo amaba, que no le daba su lugar, que no lo trataba y pues, por otra parte, estaba Alejandro. Cansado, entregado al conformismo y a esa vida, me repetía una y otra vez que dejaba las cosas como estaban.
Días por medios teníamos discusiones, porque en repetidas ocasiones le pedí que saliera de aquella vida patética aburrida en la que se encontraba y volviera con las personas que lo amaban, que con ansias esperaban su regreso, pero su obstinación era peor y aun mas así me empecinaba, no iba a dejar que por nada del mundo se siguiera quedando.
Un cierto día, le dije “mi amor”, pero lo había hecho apropósito, quería que viera que había alguien que si lo amaba, que si se preocupaba por él, que si quería su felicidad y verlo desplegar aquellas alas sin plumas y opacas, y así volar alto como un águila al demostrar todo su esplendor.
Le había dicho que fue una “equivocación”, que no lo hice queriendo (pero en realidad si quería hacerlo, lo amaba realmente).
-Estoy en una relación con otra persona ¿eso no te importa? –me dijo temeroso ante lo que iba a responder.
Pues no, no me importaba absolutamente nada, pero algo dentro de mi estaba pasando pues estaba faltando a mis principios morales, estipulados por mí. No creía mis propias palabras, pero realmente no me importaba nada más que Alejandro y su bienestar. De aquel hombre, me atrajo todo, pero mas fue su fragilidad, el sentirse vulnerable y cegado fue lo que hizo que me pusiera tan obstinada y lucharía por él hasta el último de mis suspiros.
Los días seguían pasando y lo esperaba ahí en su chat, le había puesto su nombre, y junto a él un corazón adornándolo. Faltaba mis principios morales, pues me dije muchas veces a lo largo de mi joven e inexperta vida, que jamás iba a estar con un hombre que tuviera otra mujer o un hombre con hijos, pues he aquí, ya había mandado a la mierda aquellos principios. Estaba totalmente dispuesta a asumir todos los riesgos que conllevaban tenerlo a mi lado.

sábado, 29 de junio de 2019

120 dias (la secuela) La version de Isabella Parte 1

Mis ojos en tu corazón

Me llamo Isabella y tengo 27 años, en mi corta vida podemos decir que he aprendido bastante de ella, seria precoz adelantarme a los acontecimientos en los que relato mi versión de los hechos pero les contare un poco de mi historia de vida. Comenzaré concisamente sobre el principio.
Desde mi niñez mi vida no fue fácil, hija de padres separados, y pues era bastante problemática en la escuela. Ya en mi adolescencia, al ser una jovencita tan sumisa, decidí sacar a relucir mi lado rebelde e indomable, había enfrentado a mi madre en múltiples oportunidades y reprocharle por su separación prematura con mi padre era algo que no podía faltar en nuestras recurrentes discusiones.
¿Cuando comencé a entrar en la edad de la madurez? Pues a los 18 años, aun seguía siendo muy inmadura. Finalmente luego de varias decepciones amorosas a los 21 años decido casarme, grave error. Nueve meses después decido separarme de hecho de un hombre, si es que puede llamárselo así, que prácticamente me golpeaba todo el tiempo.
Cuando lo conocí a Alejandro, sinceramente no buscaba nada, las cosas fueron dándose fortuitamente. Ya que jamás tuve suerte en mis relaciones amorosas, había perdido la fe en los hombres.
Al principio fue un tanto grosero, me parecía un hombre austero, aburrido, metiche y faltaría decir que era un  agrandado que le encanta sobresalir sobre los demás, y demostrarse para diferenciarse, era su especialidad, según mi criterio. 
Nuestro cruce de palabras fue bastante desafortunado, pues para su mala suerte era un día en el que estaba con muchas ganas de pelear con alguien, y Alejandro se topo conmigo.
Los insultos se fueron dando en aquel grupo de Whats app, y fueron prolongándose con más frecuencia en el chat privado.
¿Quien se creía ese pelagatos? Para decirme de cosas a mí. Pretendió dejarme en ridículo ante los miembros haciéndose el pobrecito, se fue sin mediar mas palabras que, “Gracias Raquel pero no puedo estar en un grupo donde solo molesto”. Toleraría cualquier cosa, menos un hombre o, una persona que se hace el víctima.
Luego de querer olvidar el suceso, quedo pensando por una milésima de segundo, pero mis impulsos fueron mayores y decido atosigarle en su chat privado.
La balacera de insultos prosiguió hasta el punto de herirme y atentar contra mi feminidad.
Cuando supo quién era y qué era, mermo por completo sus palabras y una charla amena se dio en aquellos próximos días.

jueves, 13 de junio de 2019

¿Que irónica es la vida?


Datos de la Escritora: "Quisiera dar las gracias a la autora original en conjunto por haberme cedido su obra M.I (Coloco sus iniciales por una cuestión de protección de su identidad), muchas gracias."

Aurora de tan solo 30 años, vivió en un pequeño pueblito de Italia, llamado La Toscana. Una profesional célebre, graduada a los 25 años y verla convertirse en una abogada de renombre, es un orgullo contar su historia.
Ciertamente nadie sabe lo que ha vivido antes de llegar a su meta tan añorada, podemos decir que ha llevado un pasado bastante complejo. La mayoría de las personas  dicen: ¿Qué es para ti la vida? ¿Acaso te imaginas a tu corta edad lo que es? Podríamos pasar toda esta narración exponiendo los interrogantes, pero he aquí les voy a contar.
No recuerdo el día en que la conocí, y allí estaba, sentada bajo un hermoso árbol de olivo con un pañuelo en la cabeza sobre en una silla de ruedas, habíamos hablado un par de veces, yo era nada mas que un simple enfermero, un día me llamo para que la acompañase porque sentía que su tiempo llegaba al fin.
-Mauricio, déjame contarte algo. De muy joven, con tan solo 5 años, mi vida cambio bruscamente dándome golpes muy duros, deje de ser una niña frágil la cual jugaba con muñecas para convertirme en una adulta precoz, sinceramente, no entendía nada. Repentinamente nos tuvimos que ir a la casa de un pariente, mi mamá había enfermado y debió viajar para realizar su tratamiento; sufría del corazón. Deje la escuela por varios días, cosa que echaba de menos, éramos mis 2 hermanas y yo orando a Dios para que nuestra mamá volviera con nosotros.
Hizo una breve pausa y llenándose aquellos ojos negros de lágrimas prosiguió.
-No terminaba de entender porque aquella persona nos hacía levantar a las 6 de la mañana para realizar las tareas domésticas y no dejarnos ir a la escuela. Pasó el tiempo, un hermoso día soleado sollozando y barriendo con una escoba de paja pedía que mi madre se sanara y estuviera con nosotros. Fue algo increíble, fue como si todas mis oraciones habían sido contestadas en un solo instante, escuche un silbido y mi nombre. Y ahí estaba ella, con su hermoso cabello radiante como siempre. Mi madre.
-Volviste. –le dije, en ese momento la abracé con todas mis fuerzas hasta lograr escuchar su corazón y ese perfume angelical irremplazable. Tiempo después se repetiría  la misma historia.
Ese día, caluroso por cierto, salía de mi casa para ir a la escuela cuando estaba llegando a la puerta suena el teléfono, quede inmóvil, con un nudo en la garganta, era mi padre lo llevaron de urgencia al hospital porque había sufrido un pre-infarto. Estuvo varios días internado hasta su recuperación. Nuevamente debí volverme fuerte para levantar los brazos de mi madre y hermanas.
Bebió un poco de agua pues su garganta y aquellos labios rojos se secaban, ante los acontecimientos que relataba con la voz entre cortada, nuevamente prosiguió.
-Después de tantos infortunios. Seguí adelante, me gradué de preparatoria y entre a la universidad logrando obtener mi titulo de Abogada. Había comenzado a trabajar como asistente de otra abogada, al principio estaba feliz porque había logrado mi sueño, obteniendo experiencia y conociendo el mundo laboral, tiempo después en mi trabajo las complicaciones llegaron. Me volví adicta al mismo y eso lamentablemente repercutió en mi salud.
La verdad no me había dado cuenta solo sabía que todos mis alimentos, mi cuerpo los rechazaba pero eso no era impedimento, seguía con esa misma pasión, no existía familia, amigos, compañeros, salidas de ocio, solamente trabajo en donde descansaba 5 horas al día. –Concluyó, y la lleve a su habitación sin decir palabra alguna.
 Hace un año entro a la clínica de oncología, la enfermedad había avanzado violentamente, quien imaginaria que a los 29 años de su vida pasaría por otra situación más.
Los profesionales le diagnosticaron cáncer de hígado, le sugirieron quimioterapia o trasplante. Ese día había estado ahí, ella con su sonrisa radiante dijo que lucharía cada día como si fuera el último. En este largo camino le toco caminar junto a su familia; varios meses de días soleados y grises. El cáncer había hecho metástasis, ya no había nada que hacer, solo esperar.
Poco tiempo de cumplir sus 30 años y en la cama de aquella clínica, un día gris, su lucha termino, a pesar de todos sus obstáculos ejerció su profesión. Fue una exitosa Abogada muy reconocida por su labor. Pero el cáncer la arrastro hasta una cama de hospital, su cuerpo físico dejo de existir en ese atardecer esplendido que olía a jazmines. Su fragancia quedo como ejemplo de lucha hasta ese último día.
Tocando su almohada aun recordando sus charlas, susurre al vacio lúgubre de aquella habitación.
-Tú lucha término, ahora descansa, Aurora. –abriendo el cajón de mesita de noche, aun permanecía su libro favorito, “Matando a un ruiseñor”, y dentro del mismo una pequeña frase:
-          Mauricio, si encuentras estas palabras y caen lágrimas de tus ojos, déjame decirte “Que no hay mejor batalla para aquel valiente que no ha dejado de luchar”; “Solo piensa en las cosas felices y veras que todo dolor desaparece”. No dejes de luchar por tus sueños. Vive el momento como si fuera el último. Tú amiga Aurora.

jueves, 30 de mayo de 2019

120 días - Dos simples palabras "Te amo" (Parte Final)


"Lo mejor de la vida no se planea, simplemente sucede"

Seguimos hablando por varios meses y la confianza era cada vez más, sentía que mi corazón se enamoraba cada vez mas de ella la sentía completamente mía. Pero un desafortunado suceso nos golpeo a ambos.
A comienzos de Octubre para ser exactos, Isabella se presento en unos mensajes llorando mandándome audios en donde me decía que un hombre con el que estaba saliendo, le había mentido diciéndole que no tenía mujer y que posiblemente, ella estaba embarazada.
Todo mi mundo se había desplomado como un castillo de naipes, no podía creer lo que estaba aconteciendo. Empezamos a discutir y le empecé a reclamar sobre que estaba pensando cuando lo hizo, pero entre el cólera y la rabia que sentía, en un instante me puse en sus zapatos.
Me había puesto en su lugar, me dio coraje, frustración, me dije a mí mismo “porque carajos no estoy allá, para que sepa lo que siento por ella”, la maldita cobardía no me dejaba expresar todo aquello que me carcomía el alma, pues temía a no ser correspondido, ¡Mierda! Me cargaba el diablo en ese momento.
Pero, luego cuando me dijo explícitamente con palabras, que posiblemente estaba embarazada de aquel tipo, me dije a mí mismo y se lo dije a ella, no importa con todo e hijo, no me importa. Tardaré un poquito en llegar a ella pero no interesa con todo e hijo me quedo, si voy a querer a la mamá con todo y pollito, no me importaba nada.
Y la verdad sinceramente, por mi no hubiera ningún inconveniente, pero solo había sido un atraso. Aunque hubiera estado embarazada le hubiera dicho, “espera no lo registres, o registra al niño con tu apellido y yo luego darle mi apellido cuando estemos juntos, quiero que ambos se queden conmigo”.
A partir del 7 de Octubre del 2018, cuando formalizamos, todo se fue dando gradualmente y por fortuna fui correspondido, más que correspondido fui feliz porque tengo la dicha de poder seguir hablando con ella, hemos tenido nuestras broncas, nuestras peleas pero jamás nos dejamos.
Y la verdad es que no, no quiero dejarla ya, no se me ira esta vez. Los otros argumentos que utilice para mantenerla distante, pues obviamente era la edad, el tiempo, la inseguridad, ¿qué va a pasar si se aburría?
Le he puesto muchas trabas, y a todas ah sabido derrumbarlas con mucho amor, enojándose, explotando muchas veces. Ella me ha puesto un… “estate quieto”, como quien dice.
 Y logre anclar mi corazón en el mar de su vida, quedándome prendado en sus ojos, enredándome en su hermoso cabello. Gradualmente fuimos resolviendo este amor, reconocerlo a ambos como tal.
Ya con el tiempo las primeras comunicaciones que Isabella tuvo con mi madre, fue como que todo encajara perfectamente en mi vida, y como mi madre había reaccionado a ella, la verdad me trajo mucho alivio.
No sé, ahora mismo estoy alucinando con toda esta historia de amor que estoy plasmando en estas líneas, yo me enamore y yo mismo me resistí, así de sencillo. Y a estas alturas no quiero perderla, y ahora que la tengo en mi vida, no quiero que se vaya.
Desde que la conozco he hecho todo lo posible para estar bien con Isabella, pero también he hecho todo lo imposible como contarle más de mi vida, como tratar de alejarla más de mi y que vea en mí mis defectos, lo que dio como consecuencia que se haya aferrado mucho mas a mí.
Isabella me ha vuelto otro, no soy el Alejandro de antes, ya me quiero un poco más, me cuido un poco más, procuro al máximo estar bien, ya no angustiarme, de caer en la depresión de que va a pasar conmigo o la impotencia de el futuro de mi vida.
Mi palomita, Urpi Killari…

Basado en una historia real – 7/10/18.-

miércoles, 29 de mayo de 2019

120 días - Una segunda oportunidad (Parte 4)


HISTORIA BASADA EN HECHOS REALES

"Si tuviera la oportunidad de encontrarte lo haría mucho antes de conocerte..."

Después de bloquearla en WhatsApp me preguntaba como ella estaría, como había reaccionado ante mi osadía, que pensaba. Las preguntas, preguntas de todo tipo me acechaban los pensamientos.
Me moría de ganas de hablarle, de mandarle mensajes, de decirle que la amaba, de acercarme a ella nuevamente, como fuera, aceptaría cualquier condición que me pusiera.
Me empecé a sentir solo, sentía un vacio en mi corazón, no podía ni concebía concentrarme en mis quehaceres cotidianos, recordaba nuestros mensajes, sus fotos. Recordaba lo coqueta que era, lo atrevida, lo lanzada que era Isabella, sus palabras, lo aventurada que era, no le importaba lo que pasaba mañana le importaba el ahora aprovechaba al máximo cada segundo sin desperdiciar nada. Me daba mucha confianza de hablar de todo, y luego me cortaba y me dejaba en el aire navegado en el espacio, me decía a mí mismo, sabe como elevarme y soltarme, sabe cómo tratarme, que mala es.
Lo supo hacer muy bien, me enamore como estúpido y en ese momento no estaba en comunicación con ella. Ambos estábamos ausentes uno del otro.
En el lapso de su ausencia en mi vida, me puse a recordar, reflexionar, calcular y pensar. En todo lo que me había dicho Isabella, como volver a estudiar, en como progresar y salir de esa vida estancada en la que me encontraba. Me puse a pensar como había superado todas sus batallas, sus guerras internas, sus pruebas. Era como un boomerang, todo había vuelto a mi cabeza, no podía huir ya de ella y de su belleza externa e internamente.
Estaba negado absolutamente todo, luego de haberme resistido, todas esas cosas regresaron con mucha más fuerza y no podía dejar de pensar en Isabella, de ahí en adelante ya no.
Pero aun tenía el numero de Raquel, quiero hacer un paréntesis, Raquel es la amiga de Isabella ambas viven en el mismo país, ambas se conocen.
En ese instante le escribí a Raquel, y me dije voy a preguntar por ella a ver como se encuentra, lo cual la conversación se resumió de la siguiente manera:
-Hola Raquel ¿cómo estás?
-Hola Ale, bien ¿y tú?, sabes estoy yendo a la iglesia.
-Oye quisiera saber cómo esta Isabella.
-Ah ella está, está bien.
-Ah ya, gracias. – ya para regresar de aquel suceso me sentí terrible, muy mal.
Me sentía una mierda por dentro, me decía a mí mismo, ya la deje escapar, ya se fue de mi vida y ahora empecé a hablar de ella.
No sé si Raquel alguna vez le dijo a Isabella pero, nuestra conversación, era hablar de Isabella todo el tiempo. Ya ni siquiera preguntaba cómo estaba Raquel iba al grano preguntar por Isabella.
Unas semanas habían pasado, e Isabella volvió a hablarme. La sentí muy rara y no era para menos, la sentía indiferente, y molesta, muy molesta, cambiada para ser mas explicito.
Comenzamos a hablar nuevamente y aquella paz, aquel amor había regresado como el calor regresa en cada verano.

martes, 28 de mayo de 2019

120 días - "Esto no puede seguir..." (Parte 3)



HISTORIA BASADA EN HECHOS REALES

"Bajo la misma luna..."

Los días pasaron y conforme fueron pasando nos volvimos más cercanos, más íntimos, ella era la sal de mi vida, el limón de mi ceviche.
Me gustaba que me hiciera preguntas y yo responderlas con sarcasmo, yo también le hacía preguntas un tanto privadas que solo ella podía responderme, que no se veían en su vida cotidiana, cosas un tanto íntimas. Amaba hacerla reír, provocarle la risa, eso era lo que yo buscaba con cada audio que le enviaba.
Entre aquellas preguntas, una mañana, decidida a todo Isabella comienza a presionarme con respecto a mi relación con la mujer con la que convivía. La note muy insistente y un poco extraña, algo raro había en ella ese día.
Mis palabras fueron lapidarias, le comente como era que aquella mujer usaba su enfermedad como excusa para todo, inclusive en nuestras discusiones la usaba como motivo. Que ya no quería hacer el amor conmigo pues su misma enfermedad había adormecido todo en ella, que tuve que reprimir mi impulsos masculinos hasta lo más profundo de mi ser. Lo describí como un verdadero infierno, podía hablar con ella horas y horas, me sentía cómodo, no me sentía más solo. Sentía que había alguien a quien le importaba todo de mí, no solo mi vida sino absolutamente todo.
No esperaba una reacción menor como la que tuvo ella ese día, “Esa mujer te está manipulando”, “Que haces en México, porque seguís ahí, porque no volvés a Perú junto a las personas que te aman”, “porque no piensas en tu futuro, en si quieres seguir estudiando. Acaso no te gustaría volver a ver tu familia, ¿no quieres tener hijos? No desperdicies tu vida Alejandro en esa relación”, palabras que me dejaron pensando detenidamente en mis padres y leerla a ella con su cólera sobresaltando por doquier, diciéndome que reaccionara que estaba echando a perder mi vida en esa relación en la que estaba.
Veía su foto y su corazón reflejado entre líneas, y el humanismo que poseía aquella mujer de 26 años, era casi imposible creer tanta madurez, tanto criterio y discernimiento en una sola alma. Que me estaba pasando, sentía que algo en mi había cambiado, algo raro en mi iba cambiando mientras ella mas se preocupaba por mi y mas regañaba.
-No puede ser… -Me dije a mi mismo, pensé en muchos determinantes del porque me sentía así. Pero vino a mí, una sola palabra,  “enamoramiento”.
Comencé a resistirme tanto como pude a ese sentimiento, no podía creer que eso me estuviera pasando a mí, que me caracterizo por usar mi sentido común tanto como mi buena lógica. ¿Qué era lo que en realidad estaba pasándome?
Los días siguieron pasando, y mis “no” eran rotundos, no quería enamorarme, no quería sentir nada por aquella mujer, esto no era para mí, y comencé a batallar con mi yo interior, el corazón y la razón pelearon una batalla sin fin en ese transcurso de tiempo.
Entonces trate de deshacerme de ella, de Isabella, solo quería que se largara, que se fuera le hable de mi vida más profundamente pensando que si le contaba sobre mis defectos más que mis virtudes, ella se espantaría y huiría por sus propios medios sin tener que dejar víctimas en esta relación cautiva que estaba afianzándose en mi caprichoso corazón. Pero fue la decisión más estúpida que tuve, pues ella se aferro más aun a mí. No quería que ella se quedara, pues hay miedo de parte mía, inseguridades, me estoy resistiendo a algo que no quiero, porque no considero que no es viable, he pasado por tanto que no quiero otra vez pasar por lo mismo, estoy bien así como estoy, con la vida que tengo para que más.
Lo sé que sonara un tanto conformista pero ese Alejandro era mi antiguo yo y así sonaba.
Yo pensaba que con esta simple decisión totalmente “acertada” de mi parte, este sentimiento que iba acrecentándose dentro de mí, iba a tener un fin. Pero desafortunadamente dentro de mi ser iba creciendo más, mucho más. No podía evitarlo.
Y paso lo inevitable, en el transcurso del día ella me envía una imagen diciéndome “Te quiero, moreno”. Luego, días después, otra imagen con su fotografía y un emoji de un corazón diciendo “Te amo mi moreno”, y me quede así, atónito. No puede ser, no quiero, me resistía mucho más, esto no es para mí. Y pues, ya no pude evitarlo mas, caí rendido, estaba enamorado de Isabella.
Un cierto día, comencé a idear un plan, en como poder deshacerme de ella, de Isabella. Puedo aun traer a la memoria que una noche, nos pusimos a discutir por un asunto que aun no logro recordar con firmeza, entonces en medio de la discusión trataba de pensar cómo fue que me enamore de ella, qué había pasado, qué hago, por qué me pasa esto, tanto resistirme para nada. Discutimos, y tratando de idear una excusa cobarde y a la vez a la defensiva de parte mía, dije, esto no tiene ni pies ni cabeza, esto me va a hacer sufrir, muchos argumentos estúpidos.
Que mejor que aprovechar aquel momento, de discusión y falta de concordancia, estaba molesto conmigo mismo, resistiéndome y tome una decisión terminal. Aun recuerdo el mensaje que envié, el cual fue algo así.
-No, esto no puede seguir, y por mi bien y por tu bien, por el bien de los dos. –la bloquee y una parte de mi se fue con ella, en ese instante.

lunes, 27 de mayo de 2019

120 días - Una amazona llamada Isabella (Parte 2)


Lo único que se me ocurre es amarte…”

HISTORIA BASADA EN HECHOS REALES

Busque su foto por medio de Google, ya que parecía un tanto falsa, pensando que usurpaba la identidad de otra persona, nuevamente apoderándose de mí aquella desconfianza, mi vieja amiga de siempre. Pero efectivamente no había relación alguna con otra persona y la foto de aquella “niña de ojos verdes”, era original quedándome mucho mas impresionado, exclamé internamente hacia mí, “Esa mujer será mi esposa y la madre de mis hijos”.
Mi primera impresión hacia sus insultos y comportamiento estúpido deduje que era una persona vacía de mente, tarúpida, imprudente, inmadura, la típica jovencita que le gusta hacer amistades y tener “amiguitos” virtuales por todo el mundo. Nuestra conversación se resumió entre el siguiente dialogo:
-¿Por qué te saliste? Acaso eres cobarde, y no puedes enfrentarme. –Respondió sin mediar palabras.
-Tranquilo Isidro, vete a jugar Minecraft y escuchar a Bad Bunny. –Lo cual provoque la ira de aquella mujer temperamental.
Inmediatamente, ella me mando vulgarmente e insultándome a un lugar no muy agradable. Nuevamente con mi humor acido y característico le dije.
-No gracias, ya volví de tu casa y la verdad no me agrado en lo absoluto. –Nuevamente siguió insultándome con adjetivos que sinceramente no provocaban nada a mi prolongada lista de insultos.
-Mejor vete a llenar ese vacío podrido que tienes, y sigue metiéndote a tus grupos de WhatsApp o mejor aun has algo productivo con tu vida, y deja de estar molestando a personas que realmente están ocupadas. –Su lengua era filosa y tajante al expresar sus palabras, mas su ira no mermo.
-Mejor me voy porque estoy gastando mi valioso tiempo y mi preciosa saliva con un ser tan insignificante como vos. –Me reía antes sus insultos pues parecían palabras y canciones de niños.
Pero aquel vendaval de insultos y palabras hirientes no mermo, iba acrecentándose con fuerza, seguía aun tratándola como un masculino, hasta que totalmente hartada me retruca.
-NO SOY UN HOMBRE, SOY UNA MUJER. –Mis palabras mermaron de tono y las suyas también.
Y a partir de ahí la conversación se torno mas empática y amena, entre usted y yo, les seré sincero lo tome como un juego, un divino y perfecto juego, el cual no tenia heridos ni víctimas. Yo era el jugador y movía las piezas a mi antojo, y ella sucumbía a mis movimientos, pero como saberlo, que el jugador pasaría a ser una pieza más del juego del amor.
Su vida, al igual que la mía, fue un tanto desacertada, casada con tan solo 21 años, matrimonio joven con un ser despreciable que la golpeaba y la había embarazado, aun así, con el fruto en su vientre creciendo, los golpes no cesaron.
Relataba entre lágrimas tristes y ahogadas, la muerte de su pequeño hijo aun en los seis meses y medio de gestación. Sentía que esas palabras movían y abrían viejas heridas, podría ser acaso, ¿qué aquella mujer tuviera una vida tan similar a la mía?
Mas la escuchaba más me sorprendía, me conto que venció un cáncer degenerativo de piel, que había estudiado para ser Chef, que luego de pelear enormemente consiguió llegar a su sueño más anhelado, paro de hablar en un solo instante e imaginándome una dulce voz me pidió que le relatase la mía. Le dije que era un tanto similar, que había perdido dos hijos y que mi futura mujer me había sido infiel encontrándola con otro hombre en nuestra cama, en nuestra casa, y yo volviendo de trabajar.
Le dije que en una serie de desaciertos, luego de aquel suceso, la vida no, pues ella no tiene la culpa. Debido a mi toma de decisiones erróneas, el destino me llevo a México, a vivir una relación sin amor con una mujer que me tocaba poco y nada, que no quería darme hijos, que no quería vivir, que tenía una enfermedad crónica bastante grave, la Diabetes.
Hablamos por una buena cantidad de horas aquella noche, no le había dado muchos detalles de mi vida pues aunque me daba cierta confianza creo que aun no estaba lista para ciertas cosas. Se fue a dormir aquella noche y me quede analizando y releyendo nuestra conversación.

domingo, 26 de mayo de 2019

120 días - Tu y las nubes (Parte 1)


HISTORIA BASADA EN HECHOS REALES 

“Recuerdo aquel día, como si fuera hoy,
No hay nada como ella, ni siquiera me encontró…
Recuerdo todavía, la vez que la conocí,
Es mi primer amor y ahora escribo nuestra historia…”
20:51 Hs. 24/05/2019

No es muy caballeroso de mi parte comenzar esta historia sin antes presentarme, me llamo Alejandro Arias y tengo 35 años,  soy un tanto desconfiado del entorno que me rodea. Pues la vida me ha dado tantas experiencias que me ha enseñado lo suficiente como para tomar decisiones drásticas.
Tengo un trabajo modesto, y trato de ayudar a mi familia que reside en Lima, Perú, yo por mi parte, vivo en México D.F., al cabo de malas decisiones que tomé en el transcurso de mi joven vida. Malas tras malas decisiones, la vida me enseñó a no confiar, ni mucho menos a fiarme de mi alrededor.
Pues así estoy, ahora trabajo en mi turno nocturno y haciendo amigos a través de “Internet”, pues no quiero sonar un tanto patético, pues me siento solo, y además estoy aburrido. Acabo de hacer una amistad un tanto agradable, la joven se llama Raquel y acaba de ponerme en su grupo de WhatsApp “Amistad y música”, es sobre música electrónica, la verdad conozco poco y nada de ese género musical.
Acabo de reportarme en el grupo dándome a presentar y dando las gracias a aquella agradable joven por haber sido tan amable y gentil conmigo, pero un chico acaba de ser grosero conmigo, un tal “Isi”, supongo que debe llamarse Isidro y por su acento presumo que es argentino. Es bastante mal educado me acaba de llamar “Chupa media”.
Pues le respondo de la misma forma, con otra agresión, le digo, “mejor vete y sigue jugando con tu juego de Minecraft”. Me siento empoderado, al tratarlo de niño rata, para evitar conflictos me salgo de ese grupo y sigo interactuando en otros grupos, mientras veo un reportaje geopolítico de Europa del ESTE, “la caída del Comunismo”.
No habían pasado 15 minutos, y el video se detiene porque aparece una notificación de un mensaje de WhatsApp en medio de la pantalla y puedo notar que es un número de Argentina, ya mi hermano radicaba en Mendoza. Pero no fue así, ese muchacho “Isidro” estaba enviándome un mensaje privado, que en realidad resulto siendo una mujer, una mujer bastante bella. Voy directamente a su foto de perfil y la veo, una hermosa mujer de ojos verdes, tez blanca como la nieve y sus cabellos castaños como el roble. Mas parecía una modelo que una mujer común y corriente (pichirruchi), automáticamente quede embelesado, cautivado por su belleza, existirá otra palabra para describir lo tonto que me sentía en ese momento, su nombre era Isabella Venturi, a partir de ese momento Isabella fue una parte indispensable de mi vida.