HISTORIA BASADA EN HECHOS REALES
"Bajo la misma luna..."
Los días pasaron y
conforme fueron pasando nos volvimos más cercanos, más íntimos, ella era la sal
de mi vida, el limón de mi ceviche.
Me gustaba que me hiciera
preguntas y yo responderlas con sarcasmo, yo también le hacía preguntas un
tanto privadas que solo ella podía responderme, que no se veían en su vida
cotidiana, cosas un tanto íntimas. Amaba hacerla reír, provocarle la risa, eso
era lo que yo buscaba con cada audio que le enviaba.
Entre aquellas
preguntas, una mañana, decidida a todo Isabella comienza a presionarme con
respecto a mi relación con la mujer con la que convivía. La note muy insistente
y un poco extraña, algo raro había en ella ese día.
Mis palabras fueron
lapidarias, le comente como era que aquella mujer usaba su enfermedad como
excusa para todo, inclusive en nuestras discusiones la usaba como motivo. Que
ya no quería hacer el amor conmigo pues su misma enfermedad había adormecido
todo en ella, que tuve que reprimir mi impulsos masculinos hasta lo más
profundo de mi ser. Lo describí como un verdadero infierno, podía hablar con
ella horas y horas, me sentía cómodo, no me sentía más solo. Sentía que había
alguien a quien le importaba todo de mí, no solo mi vida sino absolutamente
todo.
No esperaba una
reacción menor como la que tuvo ella ese día, “Esa mujer te está manipulando”,
“Que haces en México, porque seguís ahí, porque no volvés a Perú junto a las
personas que te aman”, “porque no piensas en tu futuro, en si quieres seguir
estudiando. Acaso no te gustaría volver a ver tu familia, ¿no quieres tener
hijos? No desperdicies tu vida Alejandro en esa relación”, palabras que me
dejaron pensando detenidamente en mis padres y leerla a ella con su cólera
sobresaltando por doquier, diciéndome que reaccionara que estaba echando a
perder mi vida en esa relación en la que estaba.
Veía su foto y su
corazón reflejado entre líneas, y el humanismo que poseía aquella mujer de 26
años, era casi imposible creer tanta madurez, tanto criterio y discernimiento
en una sola alma. Que me estaba pasando, sentía que algo en mi había cambiado,
algo raro en mi iba cambiando mientras ella mas se preocupaba por mi y mas
regañaba.
-No puede ser… -Me dije
a mi mismo, pensé en muchos determinantes del porque me sentía así. Pero vino a
mí, una sola palabra, “enamoramiento”.
Comencé a resistirme
tanto como pude a ese sentimiento, no podía creer que eso me estuviera pasando
a mí, que me caracterizo por usar mi sentido común tanto como mi buena lógica.
¿Qué era lo que en realidad estaba pasándome?
Los días siguieron
pasando, y mis “no” eran rotundos, no quería enamorarme, no quería sentir nada
por aquella mujer, esto no era para mí, y comencé a batallar con mi yo
interior, el corazón y la razón pelearon una batalla sin fin en ese transcurso
de tiempo.
Entonces trate de
deshacerme de ella, de Isabella, solo quería que se largara, que se fuera le
hable de mi vida más profundamente pensando que si le contaba sobre mis
defectos más que mis virtudes, ella se espantaría y huiría por sus propios
medios sin tener que dejar víctimas en esta relación cautiva que estaba
afianzándose en mi caprichoso corazón. Pero fue la decisión más estúpida que
tuve, pues ella se aferro más aun a mí. No quería que ella se quedara, pues hay
miedo de parte mía, inseguridades, me estoy resistiendo a algo que no quiero,
porque no considero que no es viable, he pasado por tanto que no quiero otra
vez pasar por lo mismo, estoy bien así como estoy, con la vida que tengo para
que más.
Lo sé que sonara un
tanto conformista pero ese Alejandro era mi antiguo yo y así sonaba.
Yo pensaba que con esta
simple decisión totalmente “acertada” de mi parte, este sentimiento que iba
acrecentándose dentro de mí, iba a tener un fin. Pero desafortunadamente dentro
de mi ser iba creciendo más, mucho más. No podía evitarlo.
Y paso lo inevitable,
en el transcurso del día ella me envía una imagen diciéndome “Te quiero,
moreno”. Luego, días después, otra imagen con su fotografía y un emoji de un
corazón diciendo “Te amo mi moreno”, y me quede así, atónito. No puede ser, no
quiero, me resistía mucho más, esto no es para mí. Y pues, ya no pude evitarlo
mas, caí rendido, estaba enamorado de Isabella.
Un cierto día, comencé
a idear un plan, en como poder deshacerme de ella, de Isabella. Puedo aun traer
a la memoria que una noche, nos pusimos a discutir por un asunto que aun no
logro recordar con firmeza, entonces en medio de la discusión trataba de pensar
cómo fue que me enamore de ella, qué había pasado, qué hago, por qué me pasa
esto, tanto resistirme para nada. Discutimos, y tratando de idear una excusa
cobarde y a la vez a la defensiva de parte mía, dije, esto no tiene ni pies ni
cabeza, esto me va a hacer sufrir, muchos argumentos estúpidos.
Que mejor que
aprovechar aquel momento, de discusión y falta de concordancia, estaba molesto
conmigo mismo, resistiéndome y tome una decisión terminal. Aun recuerdo el
mensaje que envié, el cual fue algo así.
-No, esto no puede
seguir, y por mi bien y por tu bien, por el bien de los dos. –la bloquee y una
parte de mi se fue con ella, en ese instante.